El ataúd abandonó la capilla a las 15:46 horas de este martes, bajo un cerco organizado por los guardias del panteón, en respeto al luto de la familia Farah.
"Muchas gracias, espero que entiendan y sólo les pido que me dejen llorar a mi hija Paulette", fue la frase con la que Lisette Farah, madre de la pequeña, inició el cortejo fúnebre de la capilla Provence a la última morada de la menor, una tumba dentro del Panteón Francés de Legaria.
Sólo acompañada por su hermana Arlette y otro familiar tomado del brazo, la mujer siguió la limusina negra en la que se trasladó el féretro gris con los restos de la pequeña Paulette, hallada muerta en su propia recámara luego de haber sido reportada como desaparecida, para ser sepultada.
Entre una gran cantidad de reporteros, camarógrafos y fotógrafos, la caravana, que sólo fue alimentada por personas ajenas a la familia, provenientes de colonias aledañas y otros puntos de la ciudad, que ante la partida de Paulette aplaudieron y se despidieron de la pequeña.
El ataúd abandonó la capilla a las 15:46 horas de este martes, bajo un cerco organizado por los guardias del panteón, en respeto al luto de la familia Farah.