Jorge García Martínez en compañía de su esposa Norma Angélica Valenzuela y sus hijos Mayra, Miguel Ángel, Jorge Iván y Fernando. La familia siempre lo ha apoyado en sus carreras. (Jesús Hernández)
Corre el tiempo, cada vez se acerca la hora marcada para iniciar el recorrido de miles de atletas locales y visitantes por las calles de nuestra Comarca en pos de la meta del XXII Maratón Internacional Lala.
Pero ellos no van sólo porque van corriendo por un sinnúmero de motivos, desde el reto de querer demostrarse a sí mismo que puede lograrlo, hasta los que es un compromiso cada año para cubrir la distancia de los 42 kilómetros.
Así, cada maratonista tiene una historia atrás que le da un valor importante a cada paso que da. Cada uno de ellos y ellas demuestran a los miles de asistentes que no hay imposibles, que todo es cuestión de esfuerzo y de tratar de querer llegar hasta donde pocos llegan, aunque en el caso del Maratón Lala son miles que logran cruzar la última línea.
Jorge García Martínez siente la emoción de los días previos al disparo de salida de este próximo domingo. "Ya quiero que llegue la hora de salir, es una emoción que poco a poco te da".
Después de correr en seis ocasiones esta ruta sabe bien cómo debe llevar su carrera. Desde los abastecimientos, el paso que debe de llevar y por supuesto saber dosificar su esfuerzo para no llegar "tronado" al Bosque. "Yo empiezo a acercarme a los puntos de abastecimiento en el kilómetro cuatro, y de ahí seguir adelante, procurando mantenerme hidratado", comenta en la sala de su casa.
SU FAMILIA LO ACOMPAÑA
Ya tiene todo listo, desde su vestimenta, "que es la misma de las últimas competencias", y hasta dónde va a pasar la noche anterior. Desde cómo se va a trasladar a la salida y en qué parte va a ver a su familia.
"Antes vivíamos por el Cerro de la Cruz, mi familia me veía en la entrada a Torreón, me seguía a la Plaza de Armas y de ahí al Bosque. Ahora que estamos en La Fuente les digo a mis hijos que crucen hacia el Campestre, está más cerca. Aunque ellos también quieren ir al Centro. Al final los veo en el Bosque luego de recuperarme".
Su familia lo ha seguido desde sus primeras competencias. Al igual que la gran mayoría de los atletas, Jorge no corre solo, sino con su mujer, Norma Angélica, y sus cuatro hijos, Mayra, Miguel Ángel, Jorge Iván y Fernando, que los lleva también en cada kilómetro de la competencia. "Ellos me motivan para no dejarme caer y tratar de seguir adelante".
Su mujer, con quien lleva 21 años de casado, le da su total apoyo y le ayuda en las horas previas al Maratón para que coma bien y descanse. "Ella me dice que le eche ganas. Me preguntó por mis primeros maratones, donde hice un buen tiempo, por que me dijo 'esos tiempos los hacen los kenianos, ¿no?' pero le expliqué que mientras ellos terminan en dos horas y media o menos, yo hago cerca de cuatro. 'Ah, entonces haces el doble que ellos' pues tuve que decirle que sí", dice Jorge entre sonrisas. La noche previa es un poco diferente a las demás, "ya quieres estar en la salida. A veces te ganan los nervios y andas que duermes poco, pero cuando sales de tu casa ya sabes lo que vas a realizar en cada kilómetro".
Su hijo Jorge Iván se acerca a la sala y comenta "me da mucho orgullo ver a mi papá correr porque te dan ganas de hacer lo mismo que él, aunque te tienes que preparar para poder llegar a la meta. A mí me gustan otros deportes, pero sí me gustaría prepararme para acompañarlo en alguna carrera".
Se acerca el momento que muchos han esperado para poder demostrar su capacidad ante el reto de cubrir la distancia. Sólo faltan unas cuantas horas para que todos se formen en la salida y esperen el disparo inicial.
