Ayer el Papa Benedicto XVI dio inicio oficialmente con una misa a las actividades que se llevarán a cabo hasta el 24 de octubre como parte del evento "La Iglesia católica en el Oriente Medio: comunión y testimonio" en el que durante 14 días más de 300 representantes de la Iglesia Católica, alrededor del mundo, discutirán el rol que tiene la religión católica en la zona medio oriental del mundo.
Ellos representarán un total de cinco millones 707 mil católicos, 1.6 por ciento de la población de Arabia Saudita, Bahrein, Chipre, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Jordania, Irán, Irak, Israel, Kuwait, Líbano, Omán, Qatar, Siria, Turquía, Territorios Palestinos y Yemen.
Durante la misa inaugural el Pontífice llamó a defender el derecho "fundamental" de los habitantes de Oriente Medio a vivir dignamente en su patria y para ello exigió favorecer condiciones de paz y justicia, indispensables para un desarrollo armónico.
"Las religiones mayormente presentes en la región (deben) promover los valores espirituales y culturales que unen a los hombres y excluir toda expresión de violencia", agregó.
"Esta ocasión es propicia para proseguir constructivamente el diálogo con los judíos, a los cuales nos liga en modo indisoluble la larga historia de la alianza, como también con los musulmanes", apuntó.
Por ello, de hecho, en los próximos días tomarán la palabra ante los obispos el rabino David Rosen, director del departamento para los Asuntos Interreligiosos del Comité Judío Americano así como dos líderes del islamismo internacional.
De México estarán presentes el arquimandrita Gabriel Ghanoum, y Georges Saad Abi Younes. En la lista de los asistentes figuran tres sacerdotes de la congregación de origen mexicano Legionarios de Cristo: Manuel Cervantes, Alfonso Corona y Matthew Nuar.
