Inauguración. El príncipe Alberto de Mónaco (i), el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon (2i), y el presidente de Hungría, Pal Schmitt (2d), aplauden durante la jornada inaugural de la ONU.
Navu Pillay, la alta comisionada de la ONU para derechos humanos, llamó a la comunidad de naciones a que vincule las garantías individuales con las metas de bienestar social de los Objetivos de Desarrollo del Milenio de la ONU.
"Ahora es trabajo de todos nosotros forjar un frente común global de derechos humanos, para asegurar que este momento no se pierda, y que los derechos humanos y los Objetivos de Desarrollo del Milenio sean buscados mano a mano", dijo en un discurso ofrecido ayer en la ONU. Las declaraciones de Pillay suceden en el marco de la Cumbre sobre los Objetivos de Desarrollo del Milenio "una serie de ocho parámetros de bienestar social que están programados para ser alcanzados en 2015", que se celebra del 20 al 22 de septiembre en la sede de la ONU.
Los objetivos incluyen reducir los niveles de pobreza, aumentar la calidad educativa, fomentar el empleo digno, promover los derechos a la salud y la vivienda, además de incrementar la salud materno-infantil, proteger el ambiente y alentar la igualdad de género.
Pillay citó, por ejemplo, que la merma de la mortalidad materno-infantil entre los objetivos del Milenio no sólo será lograda con un enfoque basado en el desarrollo social o en la mejora al acceso de las mujeres a la salud, sino a un cambio de enfoque de la sociedad.
Las muertes de mujeres embarazadas o durante el parto son "a menudo el resultado de las violaciones a los derechos a la vida, la salud, la educación, el acceso a la información y las garantías de igualdad, entre otros", aclaró la alta funcionaria de la ONU.
Declaró además que un enfoque sobre el desarrollo social basado en los derechos humanos hace visibles las relaciones entre pobreza, discriminación, desigualdad, salud y otros derechos.
Tal enfoque permite, además, la identificación de grupos de alto riesgo, además de mayor rendición de cuentas por parte de estados y organismos donantes.
Las declaraciones de Pillay coinciden con el grupo Amnistía Internacional, quien ha insistido en la necesidad de vincular las políticas de desarrollo global con el respeto a los derechos humanos. Aministía Internacional ha mencionado, por ejemplo, que pese a que alrededor del 70 por ciento de la pobreza en el mundo se concentra en la población femenina, los objetivos de desarrollo del Milenio ignoran la discriminación de género en muchos países.
Esto genera, advierte el organismo con sede en Londres, que las mujeres accedan a comida, agua, servicios sanitarios y vivienda.