Lanzamiento. Fotografía distribuida por el ejército iraní que muestra el lanzamiento del cohete antiaéreo Shahin, Halcón durante unas maniobras militares en la ciudad iraní de Semnan.
Las Fuerzas Armadas iraníes probaron "con éxito" una batería antimisiles similar a las S-300 que compró a Rusia en 2005 y que Moscú se negó a entregar meses atrás debido a las nuevas sanciones impuestas a Irán por las sospechas que levanta su programa nuclear.
Según el general Mohamad Hasan Mansourian, comandante de la Guardia Revolucionaria, cuerpo de elite de las Fuerzas de Seguridad iraníes, el prototipo es una adaptación iraní de una batería también rusa clase S-200.
"Hemos desarrollado el nuevo arma mejorando otros como las S-200 y lo hemos probado con éxito", explicó el oficial, citado por la televisión estatal en inglés PressTV.
La noticia aparece en la página web junto a una fotografía en la que se puede observar un cohete en el aire y un pie de foto en el que se lee "un misil antiaéreo lanzado durante unas maniobras cerca a Semnan", a unos 228 kilómetros al este de Teherán.
El anuncio de Irán ha levantado las suspicacias de los expertos, quienes subrayan que este tipo de baterías son muy difíciles de replicar debido a la complejidad de sus sistemas, capaces de detectar y destruir misiles balísticos.
El presidente ruso, Dmitri Medvedev, prohibió el 22 de septiembre por decreto el suministro a Irán de armamento pesado, en cumplimiento de la resolución 1929 del Consejo de Seguridad de la ONU.
Teherán criticó con dureza la decisión de Moscú, al asegurar que el citado sistema no está incluido en esa resolución, y ha advertido en varias ocasiones a Rusia de que emprenderá acciones legales si no cumple su compromiso.
Rusia e Irán firmaron en 2007 un contrato de suministro de cinco S-300 por unos 800 millones de dólares, pero el Kremlin congeló la operación por motivos políticos, en medio de la nueva etapa de relaciones con EU.
Las citadas baterías son consideradas mucho más potentes que los sistemas antiaéreos Tor M-1, que tanto Venezuela como Irán compraron hace unos años.
El régimen de Teherán negó el pasado octubre que trate de adquirir este sistema, que podría ser clave en la defensa de sus controvertidas instalaciones nucleares, a través de terceros países aliados, como Venezuela y China.
La Guardia Revolucionaria iraní, junto a fuerzas regulares del Ejército y voluntarios islámicos "Basij" iniciaron el pasado martes una serie de maniobras militares para comprobar su capacidad de defensa antiaérea.