Una treintena de activistas de Greenpeace, disfrazados de orangutanes, irrumpieron hoy en la junta de accionistas de Nestlé para denunciar que la empresa obtiene aceite de palma mediante "la destrucción de bosques".
Colgados de lianas, dos manifestantes disfrazados de orangutanes se colaron en la sala a través de dos agujeros que habían hecho en el techo, al tiempo que otros activistas entraron por la puerta principal.
Portando una pancarta en la que se leía "den un descanso a los orangutanes", los miembros de Greenpeace pidieron a los dirigentes y a los accionistas de la compañía alimentaria que no compren aceite de palma que ha sido producido gracias a la deforestación, principal causante de la desaparición de estos grandes simios.
Greenpeace acusa al consorcio indonesio Sinar Mas de ser el principal responsable de la deforestación, y de continuar destruyendo la selva a pesar de compromisos públicos expresando lo contrario.
Sinar Mas fue hasta el pasado marzo la principal proveedora de aceite de palma de Nestlé, relación que teóricamente acabó cuando Greenpeace denunció la supuesta deforestación.
Nestlé anunció que cortó todo lazo comercial con Sinar Mas, pero Greenpeace la acusa de seguir obteniendo sus productos a través de una triangulación a través de la compañía Carguill.
"Estamos aquí hoy para pedir a Nestlé que cambie su 'KitKatastrófica', la política de comprar productos gracias a la destrucción de selvas", explicó en un comunicado el jefe de campañas forestales de Greenpeace, Pat Venditti.
El aceite de palma es uno de los ingredientes del famoso chocolate Kit Kat, producido por el gigante de la alimentación.
"La compañía contribuye a la pérdida de biodiversidad y al cambio climático, y además dañar su reputación", agregó este activista.
Así, la organización ecologista apremió a los accionistas de Nestlé a "usar su influencia" para asegurar que los productos de la compañía no contengan aceite de palma de Sinar Mas.
Indonesia tiene un de los mayores y más rápidos niveles de deforestación del planeta, lo que ha provocado que sea el tercer mayor contaminante de gases de efecto invernadero del mundo, tras China y Estados Unidos.