La diseñadora mexicana Joanna House recibirá el frío de la temporada 2010-2011 con un romanticismo ecléctico lleno de contrastes.
Así lo demostró en el lanzamiento de su colección, durante el segundo día de actividades del International Designers México (IDM), que se llevó a cabo del primero al cinco de marzo, en el Distrito Federal.
Es una línea de concepto extremo, en la que la naturaleza influye, pero también un estilo urbano y grunge.
Días antes de su pasarela, platicamos con ella, para conocer qué hay detrás de cada trazo, costura y silueta; también para saber un poco más de esta joven de 26 años, considerada como una de las grandes promesas del diseño nacional.
Nos recibió en su departamento de la colonia Condesa, vestida con una blusa naranja (de su creación), jeans, botas y un peinado tipo london beat. La luz de la tarde iluminaba la habitación que ha convertido en su atelier.
Máquinas de coser, recortes de revistas en la pared y el torso de un maniquí componen el espacio. Ahí se realizó la sesión de fotos en la que Shiva, su labrador negra, insistía en buscar la fama a cada instante al colocarse continuamente frente a la lente. Al fondo del cuarto, en un rack, colgaban los recientes diseños de Joanna, celosamente resguardados: la colección que presentó en IDM, llamada Hummingbird (Colibrí).
EL COLORIDO DE LA NATURALEZA La diseñadora se sentía un poco tensa y estresada, pues en poco tiempo sus prendas desfilarían por el escenario de uno de los foros más importantes de la moda mexicana.
"Estoy un poco nerviosa y emocionada; antes del show hay muchos sentimientos encontrados por los meses de trabajo previo, de planeación y organización que éste implica; es chistoso porque el desfile dura 15 minutos pero días antes empiezas a sentir toda la presión. La colección tiene un toque romántico, que es algo nuevo en mi marca; la inspiración viene de los colores del atardecer y del colibrí, con tonos muy femeninos contrapuestos con toques rockerones y urbanos, estos últimos son más característicos de la firma", describe Joanna.
La creativa explica que es una colección muy aterrizada en términos de comercialización, pero sin perder la sensibilidad en cada pieza.
"La marca está pasando por un momento en el que es importante la cuestión comercial, es decir, que sea vendible, pero sin perder de vista la originalidad y la propuesta creativa. Mi objetivo fue hacer algo limpio y puro en relación con las influencias externas que tenemos de todo el mundo de la moda. Es 100% mi apuesta y busqué que no estuviera subordinada a ninguna opinión externa; el resulta es fiel a mí misma y, ahora digo, 'a ver qué pasa con ella'; la respuesta me tiene muy contenta".
El sello de su marca ha sido esa búsqueda del balance entre una prenda de tendencia y de moda, pero que sea cómoda y usable, algo que no va a pasar de moda en cinco minutos, ropa que va a tener el suficiente valor para convertirse en un clásico que dure por muchas temporadas en tu clóset.
"Son piezas que no dejan de tener una silueta femenina, pero que se enfocan a la movilidad; el cuerpo no está aprisionado y logran lucirlo".
CONCEPTO ECOLÓGICO Y CONSCIENTE Telas suaves como sedas y algodones, así como paño de lana -por ser la colección otoño-invierno-, componen cada pieza. En ellas, Joanna refleja una importante filosofía sobre el cuidado del medio ambiente.
"Hoy, son muchos los factores que pueden hacer que una marca sea ecológica, uno de ellos son los materiales que se utilizan. Para mis creaciones uso telas orgánicas, porque a la hora de sembrar el algodón no se utilizan pesticidas, de modo que los tejidos no tienen estos químicos y no llegan a la piel de la persona; además, no se utilizan tintes químicos.
"Pero también es la forma de producción, cuando no lo haces de forma industrial, se generan más desechos y contaminantes, y no estás contribuyendo con el medio ambiente. Por eso, para mí, es mejor trabajar de forma artesanal", afirma con una expresión en su rostro llena de satisfacción.
Joanna insiste en saber de dónde vienen los materiales que está utilizando y qué pasa con los desechos después.
"Tengo un convenio con una artista que hace muñecos y ella reutiliza todos mis retazos de tela, en vez de irse a la basura. Esto forma parte de mis valores como diseñadora".
PODER DE OBSERVACIÓN Todo lo que esta creativa está viviendo, interno y externo, se ve reflejado en su trabajo, desde lo que come hasta los colores del cielo.
"Lo que me llevó a convertirme en diseñadora fue todo un rollo artístico relacionado con el dibujo y los colores y, por el otro lado, la cuestión sociológica y de la observación de lo que la gente necesita, cómo se comporta y cómo se relaciona. Todo esto compone mi persona y se integra perfecto en la moda, ése es mi lugar para existir", expresa.
House es una profesional: estudió Diseño de moda en Central Saint Martin's School, en Londres, y en Casa de Francia, en México.
Se considera admiradora del estilo de Chanel, quien siempre ha estado presente en su obra.
"Siempre me he identificado con esa síntesis del estilo francés. No se trata de 'menos es más', pero sí es un concepto de editar y editar hasta llegar a lo preciso; entonces, siento que es muy fino, es moda muy actual, muy balanceada y eso me encanta", dijo House.