El espectáculo deportivo en la Comarca Lagunera ha sido históricamente parte de la vida cotidiana de la región y por fortuna se puede aún sentir el orgullo de tener la posibilidad de disfrutar del futbol y beisbol profesional en el máximo circuito, del basquetbol hasta hace poco tiempo, además del boxeo y desde luego la lucha libre, deportes que han marcado la historia y que incluso han permitido a muchos elementos de la región surgir a la fama en forma internacional.
En días pasados comentaba un empresario de la lucha libre sobre los problemas a que semanalmente se tienen que enfrentar para cubrir los compromisos que se generan con la monta de una función, ello debido a la baja que ha experimentado la asistencia de público a los escenarios, ya sea por las condiciones del clima, la difícil situación económica y la desconfianza entre la propia población debido a nuevas condiciones de seguridad que se viven en la región desde hace algunos años.
Decía el citado promotor que además de estos factores, el espectáculo deportivo vive una importante crisis debido a que se ha generalizado entre los laguneros la cultura del no pago y ello se evidencía en cada jornada deportiva, donde por diversas formas el público busca ingresar a los espectáculos sin sacar un centavo de su bolsillo.
Ser familiar, amigo, vecino, conocido de algún empresario deportivo o deportista, o bien, ser representante de la autoridad, hace a cualquiera sentirse con el derecho de entrar gratis a todos los espectáculos, rebasándose el término de cortesía que luego suelen manejarse en algunos de estos lugares.
Así, en un escenario donde se presenta lucha libre profesional se puede ver que el porcentaje de público que no paga entrada es de hasta un 75 por ciento, una cifra escandalosa si se considera que es el pago de entradas lo que debe sostener un espectáculo, más aún cuando se cuenta con la visita de elementos de reconocida trayectoria, quienes suelen venir con un ingreso garantizado que hoy en día suele ser algo elevado, además de pagárseles hotel y transportación, en muchas de las ocasiones vía aérea.
Esa cultura de no pago, hoy hondamente arraigada entre los aficionados laguneros, lastimosamente ha penetrado en los espectáculos deportivos y poco a poco ha provocado que estos sitios de entretenimiento limiten la calidad de sus programas o simplemente estén condenados a desaparecer.
Prueba de ello está en el conjunto de Algodoneros de la Comarca, que a pesar del esfuerzo de los empresarios la descapitalización finalmente los llevó a desaparecer, ya que aunado a la falta de apoyo del público lagunero, un buen porcentaje de los aficionados que acudían en forma regular a sus encuentros ingresaban sin pagar su respectivo boleto.
Ante esta situación, urge un cambio radical en esta costumbre, caso contrario, otras disciplinas pudieran correr la misma suerte que el basquetbol y la región volvería a los tiempos de sequía en cuanto a los espectáculos profesionales.
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