Mal y de malas está Santos Laguna, que suma ya tres fechas consecutivas en las que ha sido sacudido por sus rivales en turno, los cuales lo han colocado en una situación comprometida en cuanto a su calificación a la liguilla del Torneo Bicentenario.
Para la directiva lagunera se presenta además otro reto, el cual será sin duda el más importante en la corta vida del TSM, ya que el nuevo Estadio Corona recibirá la noche de este miércoles la visita del campeón y actual líder general del Torneo Bicentenario 2010, los Rayados del Monterrey, sin duda el rival más complicado que se pueden topar los albiverdes en este momento de gran presión y donde está en juego la misma calificación, debido a la estrepitosa caída en el nivel de juego del equipo.
Por si fuera poco, la misma presión se acentuará en el graderío del nuevo estadio, que tendrá como invitados a los aficionados regiomontanos, donde mención especial merecen los integrantes de algunas porras regias que se caracterizan por su alto grado de agresividad en los escenarios donde se presentan.
En esta plaza ya han dado muestra de lo violentas que suelen ser para el futbol, generando daños importantes, antes, durante y después de los encuentros, sin respetar quién o quiénes estén a su alrededor.
Es verdad que el nuevo estadio de los albiverdes es una joya de la arquitectura moderna y que ofrece comodidad y seguridad a quienes acuden con el único interés de disfrutar de un partido de futbol, pero en ocasiones tan especiales como esta, donde chocan dos rivales de tradición que se disputan algo más que el triunfo y tres puntos, las condiciones de seguridad deben aplicarse al máximo, más si se toma en cuenta que este nuevo escenario afortunadamente no fue dotado con la incómoda malla que divide al graderío del campo de juego.
En las cabeceras y la parte central del área conocida como sol tampoco existen divisiones, de ahí que se trate de un área común de gran dimensión, donde la vigilancia deberá ser extrema a fin de evitar cualquier incidente que ponga en riesgo la seguridad de los aficionados, máxime que hoy en día las familias laguneras empiezan a adueñarse del graderío, dando una nueva imagen al futbol, aunque nunca falta un desadaptado que sin medir consecuencias genera el desorden.
Mucho trabajo tendrán los elementos de seguridad dentro y fuera del TSM para garantizar la tranquilidad en esta jornada, pero será sin duda la propia afición santista la que deberá estar al pendiente de su propia seguridad, al evitar caer en las provocaciones de los porristas visitantes, además de seguir las indicaciones del cuerpo de vigilancia y el operativo que se ponga en práctica por parte de la directiva santista, la que deberá hacerlo público en estos días previos al duelo.
Jflores@elsiglodetorreon.com.mx