Durante el desarrollo de la Olimpiada Nacional 2010, con sede en la Perla Tapatía y algunas otras ciudades de Jalisco, se ha manejado la campaña "Rumbo a Guadalajara 2011'', ello con motivo de los preparativos para los Juegos Panamericanos que tendrán lugar en la capital de la entidad.
Mucho se ha hablado de que el certamen olímpico nacional es un ensayo para afrontar el duro compromiso que tendrá la capacidad de organización de esta ciudad del Bajío mexicano.
Sin embargo, durante una breve estancia en esa metrópoli se pudo constatar que los preparativos para dicho certamen, que reunirá a miles de deportistas procedentes de toda América, van por demás lentos y que la logística de organización ha sido superada hasta ahora por la demanda de los deportistas y el público que acude a los escenarios con la idea de disfrutar de los certámenes y a apoyar a sus respectivas delegaciones.
Un caso concreto lo fue el torneo de tae kwon do, efectuado en un escenario construido en la Unidad Revolución, el que en algunas de sus áreas colindantes aún está en obra, pero presenta importantes fallas en cuanto a su capacidad, ya que pese a haberse dispuesto de nueve áreas de combate, resultó ser totalmente insuficiente para albergar a todo el público que acudió al certamen olímpico durante los cuatro días de competencia.
Con el deseo de frenar el desorden que se generó en el graderío por el sobrecupo y las molestias durante los tres primeros días del certamen, para la cuarta jornada se instaló un dispositivo de seguridad con elementos policiacos armados, con órdenes precisas de no permitir que las instalaciones se saturaran y que absolutamente nadie que no portara gafate tuviera ingreso a las áreas restringidas.
Las órdenes fueron estrictas y se cayó en actitudes extremas, donde el maltrato y altanerías sobre los visitantes fueron de lo más común.
La presencia de elementos armados en un certamen que se supone es de ambiente familiar, generó la molestia, inquietud y el temor entre el público, al considerar innecesario este tipo de operativos.
En un lamentable hecho, autoridades policiacas detuvieron a unos exponentes juveniles del judo coahuilense, a quienes acusaron de falsificar las identificaciones otorgadas por el comité organizador sólo por presentar algunas alteraciones producto de la mala calidad en su proceso de elaboración, situación que fue debidamente aclarada por los delegados coahuilenses, quienes lamentaron el trato poco amable de las autoridades tapatías hacia sus deportistas.
En fin, que esta Olimpiada Nacional transcurre con hechos que dejan muy mal parado al comité organizador, al proyectar una muy mala imagen ante los cientos de familias que en cada competencia suelen acompañar a sus delegaciones, ya sea procedentes del sureste, el norte, las zonas fronterizas, del Golfo de México o el Pacífico.
Por lo mostrado hasta ahora, el famoso ensayo para los Juegos Panamericanos del 2011 ha resultado un auténtico fracaso, y el comité organizador de la Olimpiada Nacional 2010 está reprobado.
