Resulta lamentable el olvido en el que se encuentran los deportistas de capacidades diferentes del DIF Compresora, quienes a pesar de sus logros en los certámenes locales, estatales, nacionales e incluso a nivel mundial, siguen siendo un sector marginado para la presente administración municipal, que ha puesto oídos sordos a sus necesidades.
Es triste ver cómo en seis meses de "trabajo'' los responsables del voluntariado, que nada tiene de esta característica, se ha preocupado más por inventar y repartir plazas sin ton ni son a personas ligadas a los directivos, quienes, eso sí, cobran importantes cantidades de dinero a cambio de ocupar, cuando les es posible, una silla en las oficinas de esta dependencia pública.
Resulta insultante para la comunidad del deporte de capacidades diferentes que mientras ellos requieren de equipo e instalaciones dignas para sus entrenamientos, sus múltiples e inoperantes directivos simplemente ponen oídos sordos a quienes deberían atender con toda prontitud y respeto.
Aunque existía la promesa de los directivos del deporte en el sentido de acondicionarles finalmente el área de lanzamientos a los atletas del DIF Compresora, nada se ha visto hasta ahora y seguramente nada se verá en un buen tiempo, a menos que la primera autoridad municipal tome personalmente cartas en el asunto y dé instrucciones al Departamento de Obras Públicas para que realice esta obra, la cual en cuanto a inversión económica resultaría relativamente simbólica, pero tendría un valor incalculable para los beneficiados, quien hoy en día tienen que entrenar bajo los abrasadores rayos del sol, con el alto riesgo de sufrir las consecuencias en su salud.
No debe pasar desapercibido a las autoridades que elementos como Azucena Saucedo Miranda, Nadia Porras Izquierdo y otros laguneros, integrantes del grupo de deportistas de capacidades diferentes, han dejado en alto a Torreón y, desde luego, a México en certámenes internacionales, ello a pesar de los pocos o nulos apoyos que luego reciben por parte de las autoridades, esas que sólo aparecen cuando hay que colgarse las medallas con el esfuerzo de otros, pero se esconden cuando los atletas tocan a su puerta en busca de ayuda
Jflores@elsiglodetorreon.com.mx
