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Juan XXIII: El Papa bueno

El Filósofo de Güémez

RAMÓN DURÓN RUIZ

Angelo Giuseppe Roncalli, el Papa Juan XXIII, llamado el "Papa bueno", era un hombre de origen campesino modesto, de baja estatura y complexión robusta, un individuo excepcional, querido y respetado además de por su jerarquía eclesiástica, por su don de gente, por la enorme sabiduría que amorosamente a su paso desparramaba y por su generoso sentido del humor.

Fue un hombre impresionantemente culto, su afición por la lectura y la escritura dio comienzo a muy corta edad en donde inició a escribir su Diario del alma, en el que trazó sus reflexiones de vida.

Fue ordenado como sacerdote el 11 de agosto de 1904. Al proseguir sus estudios se graduó como doctor en Teología, en donde conocería a un hombre que lo deslumbró por su enorme sensibilidad, sabiduría, inteligencia y equilibrio, que marcaría su vida para siempre: monseñor Radini Tedeschi.

Cuando éste fue designado obispo de Bérgamo, por el Papa Pío X, lo nombró su secretario; como dos almas gemelas se identificaron. Pero en 1914, dos hechos marcarían su vida: la muerte de monseñor Tedeschi, a quien Roncalli consideraba su maestro y el inicio de Primera Guerra Mundial.

En la guerra fue designado sargento de sanidad y teniente capellán del hospital militar de Bérgamo, donde contempló vívidamente el dolor y el sufrimiento causado por la conflagración a hombres, mujeres y niños inocentes.

Una vez terminada la guerra presidió la Obra Pontificia de la Propagación de la Fe y reanudó sus estudios. Su trabajo como visitador apostólico en Bulgaria, Turquía y Grecia le dieron la oportunidad de ser "embajador del Evangelio" en Oriente, entrando en contacto, -ya como obispo-, con distintas religiones que enriquecieron su visión de vida.

Durante la Segunda Guerra Mundial continuó como delegado apostólico, una vez que ésta concluyó, fue nombrado Nuncio en París por Pío XII, donde supo salir avante del grave problema derivado de la colaboración entre la jerarquía católica francesa y los regímenes pronazis durante las hostilidades.

El 28 de octubre de 1958 -a la muerte de de Pío XII- fue elegido Papa, adoptando el nombre de Juan XXIII; desde el inicio de su Pontificado su comportamiento fue sencillo, humilde, alegre y alejado de la solemne actitud que caracterizaba a la Iglesia Católica.

Se decía que eligió el nombre de Juan como homenaje a su padre; como Papa recordaba que había participado en la Primera Guerra Mundial como sargento de sanidad y contaba la anécdota cuando un capitán de la gendarmería del Vaticano al verlo se arrojó a sus pies, éste con buen sentido del humor le dijo: "Pero levántese hombre. Usted es capitán y yo sólo un sargento" aún más sorprendido dejó al militar cuando lo saludó castrensemente: "Roncalli Angelo... ¡Presente!" le dijo haciendo la venia.

Comparto con usted el Decálogo de la Serenidad de el Papa Juan XXIII:

"1. Sólo por hoy trataré de vivir exclusivamente el día, sin querer resolver el problema de mi vida todo de una vez.

2. Sólo por hoy tendré el máximo cuidado de mi aspecto; cortés en mis maneras, no criticaré a nadie y no pretenderé mejorar o disciplinar a nadie sino a mí mismo.

3. Sólo por hoy seré feliz, en la certeza de que he sido creado para la felicidad, no sólo en el otro mundo sino en éste también.

4. Sólo por hoy me adaptaré a las circunstancias, sin pretender que las circunstancias se adapten todas a mis deseos.

5. Sólo por hoy dedicaré diez minutos de mi tiempo a una buena lectura, recordando que, como el alimento es necesario para la vida del cuerpo, así la buena lectura es necesaria para la vida del alma.

6. Sólo por hoy haré una buena acción y no lo diré a nadie.

7. Sólo por hoy haré una cosa que no deseo hacer, y si me sintiera ofendido en mis sentimientos, procuraré que nadie se entere.

8. Sólo por hoy haré un programa detallado. Y me guardaré las calamidades: la prisa y la indecisión.

9. Sólo creeré firmemente aunque las circunstancias demuestren lo contrario, que la buena providencia de Dios se ocupa de mí como si nadie existiera en el mundo.

10. Sólo por hoy no tendré temores. De manera particular no tendré miedo de gozar de lo que es bello y de creer en la bondad."

Filosofo2006@prodigy.net.mx

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