"Tú puedes engañar a toda la gente todo el tiempo si la publicidad es adecuada y el presupuesto suficientemente grande."
Joseph E. Levine
Los diputados se enorgullecen de haber hecho modificaciones al proyecto de presupuesto presentado por el Poder Ejecutivo, pero la verdad es que los cambios, de 98,635 millones de pesos, representan sólo el 2.9 por ciento del monto de 3 billones 439 mil millones de pesos finalmente aprobado.
Pero no sólo han hecho los legisladores pocas enmiendas, sino que las han hecho mal. Ya en la Ley de Ingresos las dos cámaras del Congreso manipularon las cifras para sacar 60 mil millones de pesos "adicionales" al proyecto del Ejecutivo. Las modificaciones incluían un aumento del precio del petróleo y un mayor crecimiento de la economía para generar, en el papel, mayores ingresos. Además ordenaron un aumento brutal en el impuesto a los cigarrillos.
En lo que conocemos del decreto final, ya que hasta el momento de escribir este artículo las enmiendas no han sido publicadas en la página de Internet de la Cámara de Diputados, el cambio principal, un aumento de más de 18 mil millones de pesos, se dedicará a los fondos para carreteras. En este rubro hemos visto en los últimos años un juego perverso. El gobierno propone una cantidad, los diputados la elevan para beneficiar a sus gobernadores favoritos, pero el gasto finalmente no se ejerce completo porque no hay proyectos ejecutivos ni se han realizado las expropiaciones necesarias. Por lo pronto, el Estado de México de Enrique Peña Nieto es el gran ganador del presupuesto carretero del 2011 con un aumento de 141 por ciento.
El diputado priista Cruz López, líder de la Confederación Nacional Campesina, se rebeló contra los líderes del Congreso y anunció que incluso renunciaría al PRI por un supuesto intento de recortar el Programa Especial Concurrente (PEC) del campo. La supuesto disminución, de 4,400 millones de pesos, habría bajado el monto del PEC de 33 mil a 29 mil millones de pesos. El diputado finalmente se tranquilizó cuando se le dijo que el dinero no se recortaba sino que se reclasificaba a caminos rurales. Nadie se preocupó de que el PEC en poco o en nada ha ayudado a la producción agrícola o a los campesinos.
Otras modificaciones son igualmente insensatas. Se recortan 3,487 millones de pesos al Poder Judicial, a pesar del rezago en casos, porque los ministros de la Suprema Corte no son santo de la devoción de los diputados. A la Comisión Federal de Electricidad, que ha asumido las responsabilidades de Luz y Fuerza del Centro, se le castiga con una disminución de 4,772 millones de pesos, quizá con el propósito de deteriorar aún más el servicio en el centro del país.
Se elevan en cambio los presupuestos del IFAI, en 180 millones de pesos, y de la Secretaría de Salud, en 9,242 millones. Al sector educativo se le acordó un aumento de 8,476 millones de pesos, a pesar de que la Secretaría de Educación Pública no ha podido terminar su plantilla de maestros, la cual deberá estar lista el 11 de julio de 2011. Mientras tanto seguiremos pagando sueldos a maestros que no existen o que no se presentan a trabajar. Del monto adicional, 3,256 millones de pesos se encauzarán a la educación básica, 1,435 millones a la media superior y 3,784 millones se dedicarán a la instrucción superior. Al subsector de cultura, se le dieron reasignaciones por 3,139 millones de pesos.
Algunos diputados dicen que están orgullosos de haber cambiado un presupuesto recesivo por otro que promueve el crecimiento. Esto es una gran mentira. Las modificaciones son realmente pocas. Pero lo peor de todo es que son fundamentalmente políticas.
El de 2011 será el mayor presupuesto gubernamental de la historia, con casi 262 mil millones de pesos más de gasto que el año pasado, según el Canal del Congreso. Si la riqueza de un país pudiera construirse aumentando el gasto público, esto significaría que estaríamos alcanzado la mayor prosperidad de la historia.
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