A nueve años de los ataques terroristas en Estados Unidos, la administración del presidente Barack Obama mantiene la mayoría de las políticas violatorias a los derechos humanos y a las leyes internacionales implementadas por George W. Bush.
'El equipo de Obama ha preservado, ya sea por necesidad o por decisión propia, muchos de los controvertidos programas que generaron tantas críticas para Bush', indicó un artículo titulado 'Qué tan diferente es Obama de Bush en cuanto a terrorismo', publicado por Foreign Policy.
Obama no sólo mantiene políticas que contravienen preceptos básicos sobre derechos humanos y civiles, sino que además ha logrado que éstas sean ahora técnicamente legales en Estados Unidos, coincidieron varios comentaristas políticos.
El más reciente ejemplo de la 'legalización' de las violaciones contra los derechos humanos lo constituye la decisión de una corte federal de impedir que sospechosos de terrorismo sometidos a tortura por parte de la agencia de inteligencia de Estados Unidos pudieran demandar una compensación legal.
El argumento de los magistrados fue que una demanda de esa naturaleza podría exponer a la luz pública información sensible para el gobierno estadounidense en su lucha contra el terrorismo.
The New York Times en su editorial del jueves 'La tortura es un crimen, no un secreto', expresó su acuerdo en que esa decisión, tal como dijo uno de los magistrados que votó en contra de ella, es 'una asquerosa violación de las normas del derecho internacional'.
Asimismo, pese a que Obama ordenó cerrar los llamados 'sitios negros' ubicados en el extranjero, donde la agencia de inteligencia nacional detiene e interroga a sospechosos de terrorismo, no hay evidencia de que eso haya sucedido, pues la información se considera clasificada.
Pese a que el presidente Obama prometió al iniciar su administración el cierre de Guantánamo, la prisión para terroristas se mantiene en operación y tiene bajo su custodia aún a casi 200 prisioneros.
Quizá el más conspicuo de los detenidos en Guantánamo sea Omar Khadr, acusado de atacar con una granada a un convoy militar estadounidense en Afganistán cuando tenía 15 años de edad. Su detención, cuando era un niño, es una evidente violación del derecho internacional.
Otras de las tácticas controversiales mantenidas por el gobierno de Obama son los ataques con aviones no tripulados, que han causado docenas de muertes de civiles inocentes en países con los que Estados Unidos no tiene ninguna guerra declarada, como Yemen y Pakistán.
La práctica ha sido criticada por agencias de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) debido a que son llevadas por la agencia de inteligencia estadounidense, que no tiene obligación de rendir cuentas de sus actos.
Para algunos de sus críticos, los ataques mortales a civiles en países con los que no se mantiene una guerra declarada son simples 'asesinatos'.
Respecto a la decisión de la corte, la revista The New Yorker opinó que resulta 'perturbador el mensaje que se envía a los ciudadanos' que creen que 'el país fue fundado sobre la idea de que toda la gente, no sólo los estadounidenses tienen derechos inalienables'.
Ese mensaje, enviado por Estados Unidos, no sólo ha llegado a sus ciudadanos.
El miércoles, la ONU publicó un informe sobre las políticas mundiales contra el terrorismo, en el que subrayó 'la profunda preocupación' por las prácticas de tortura, la definición vaga y amplia de terrorismo en las legislaciones nacionales y la falta de garantías procesales.
Todos esos aspectos condenados por la ONU, son llevados a cabo por Estados Unidos.
