El gesto desafiante y la sonrisa de Édgar Valdez Villarreal, alias “La Barbie”, inquietaron a periodistas y autoridades que atestiguaron su presentación.
Los flashes de las cámaras provocaron en “La Barbie” una sonrisa socarrona y miradas retadoras que ni siquiera la autoridad pudo descifrar.
Cuestionado en un noticiero de transmisión nacional el comisionado general de la Policía Federal, Facundo Rosas, reconoció que desconoce qué motivó el desdén del capo al ser presentado ante los medios y dijo que pondrán atención a ese comportamiento. “Pues no tenemos certeza. Es una situación contradictoria y estaremos atentos a esas actitudes que asume”, afirmó Rosas. Sin embargo, los especialistas en psicología y psiquiatría tienen su propia lectura del comportamiento del traficante. Los motivos de su actitud: una ausencia de culpa y vergüenza, mezclada con poder.
“Él tiene un puesto importante en el crimen organizado y eso es un factor primordial para que haya tomado esa actitud”, afirmael psiquiatra Gerardo Anguiano, especialista del Hospital Ángeles de la Ciudad de México. Para él, la personalidad sociópata de Édgar Valdez Villarreal hace que se borren los sentimientos de culpa.
Otra de las lecturas que hace el especialista es que la actitud de “La Barbie” no es común en cualquier criminal, sino que se manifiesta en aquellos que conocen su influencia. Además, el hecho de que ya haya estado frente a la justicia (el capo fue detenido a los 19 años por laDEA en San Luis Missouri) y que haya sido liberado, alimenta la fantasía de que su detención “no tiene importancia”.
Según Misael Tapia, psicólogo y psiquiatra de laClínica San Rafael el hecho de que “La Barbie” fuese una personalidad importante dentro del mundo del narcotráfico aumenta su ego y la búsqueda constante de la satisfacción propia “sin importar las consecuencias”.
ValdezVillarreal, afirma Tapia, tiene un desinterés total por las reglas sociales y por las autoridades. “La sonrisa de ‘La Barbie’ denota un tipo particular de incapacidad emocional en la que no importan las consecuencias de sus actos”.
Los especialistas coinciden
en que esta actitud se presenta de forma más marcada en criminales que han tenido una proyección mediática, como Daniel Arizmendi, conocido como el “Mochaorejas”, quien fuese detenido en 1998.
