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'La Barbie', un cuento para niños

Usos del poder

ALFONSO ZÁRATE

"Usted perdone, señor oficial, no me di cuenta de que venía a exceso de velocidad". Pero ante la disculpa rutinaria, quienes lo alcanzan no son vulgares agentes de tránsito, sino "sabuesos" federales que, perspicaces, se percatan de que quien acompañaba a 'La Barbie', Mauricio López Reyes, lleva entre las piernas un rifle tipo M-16 y un aditamento lanzagranadas; observan, también, bultos que podrían corresponder a drogas, así que deciden interrogarlo:

-¿Que cuáles son mis "generales"?

-Me llamo Édgar Valdez Villarreal y me apodan 'La Barbie'.

Y el rudo criminal se sigue de un tirón: afirma ser originario de Laredo, Texas; que inició su actividad delictiva a los 19 años de edad, cuando fue detenido por la DEA en San Luis, Missouri; que conoció en el DF a Arturo Beltrán Leyva y llegó a convertirse, tiempo después, en jefe de sicarios y responsable de "levantones" y ejecuciones de integrantes de las organizaciones rivales.

Y así, con esa candidez digna de su apodo, el temible asesino "soltó la sopa" y se puso a disposición de los policías federales. ¿Una infracción de tránsito lleva a la captura del buscado Valdez Villarreal? O, como decía un viejo anuncio de la Lotería Nacional: "¡Un golpe de suerte lo decide todo!". ¿De veras?

La versión que corresponde al parte informativo desmiente la otra historia, según la cual, la detención de 'La Barbie' habría derivado de un paciente trabajo de Inteligencia, una compleja operación que desplegó agentes, algunos disfrazados de campesinos y albañiles, quienes habrían podido detenerlo sin disparar un tiro.

Lo que se va conociendo respecto de la captura de Édgar Valdez Villarreal profundiza la confusión. La primera versión es difícil de creer, aunque no imposible; pero la segunda resulta menos creíble. ¿Entregarse sin intentar siquiera disparar "un cañonazo de 50 mil pesos oro", de los que, decía Obregón, no resistía ningún general? ¿Rendirse sin usar sus armas, lo que para él debió ser pan de cada día?

Pero hay una tercera versión. El lunes, Bajo Reserva refiere que Kent Schaffer, abogado de 'La Barbie', en Houston le confió a José de Córdoba, de The Wall Street Journal, que la Policía presionó a un conocido de Valdez para que le enviara un mensaje de texto pidiéndole una reunión urgente; el capo acudió, pero se encontró con una celada ante la cual "no tuvo otra opción que rendirse".

Más allá de las tres versiones, el tema se mantiene abierto. Y, junto a ello, una interrogante adicional: la razón de que, en lugar de ser presentado ante el Ministerio Público, el capo fuera arraigado. ¿Quiere decir esto que "los meses de investigación" no fueron suficientes para sumar pruebas e integrar un expediente sólido? ¿O saben que una vez en manos de la SIEDO ya no podrán sacar provecho de sus revelaciones?

La Secretaría de Seguridad Pública pudo haber dicho, citando al clásico: "haiga sido como haiga sido, lo que importa es que está detenido". Sin embargo, la creación de toda una historieta para darle lustre a la Policía Federal (el golpe "quirúrgico", sin disparos, heridos ni acribillados como ocurrió con Arturo Beltrán Leyva a manos de la Armada o con Nacho Coronel por parte del Ejército), sería una falta grave que, por supuesto, reclamaría sanciones... Igual y tipifica un nuevo delito: usurpación de funciones en la producción televisiva -si se recuerda el "tratamiento" dado por la extinta Agencia Federal de Investigaciones a la aprehensión de Florence Cassez.

Todavía no sabemos la verdad de esta historia, pero no será difícil averiguarla. No obstante, hay otros datos que merecen subrayarse: la filtración del "parte" policiaco ("incorrectamente difundido", dijo Alejandro Poiré) y el arraigo de Édgar Valdez, desvelan la tensión y el golpeteo entre las dependencias que integran el Consejo de Seguridad Nacional, mismas que trabajan sin coordinación y en un clima de inocultable mezquindad en el tema más sensible para los mexicanos.

Pero también exhiben el fracaso del nuevo titular de Gobernación, Francisco Blake, y del vocero en materia de seguridad, Alejandro Poiré: no hay una sola versión porque persiste el descontrol político en el manejo de la comunicación gubernamental; distintos voceros, lo mismo de la SSP, que de la Defensa o Marina.

¿Entrega o captura? La duda permanece. Por el momento, el de 'La Barbie' sólo puede considerarse un cuento para niños.

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