Interés por la región. Rory Carroll recogió estampas de la violencia en la Comarca Lagunera.
Tan pronto se enteró de que la masacre de 17 personas en una fiesta en Torreón fue llevada a cabo por un grupo de reos que salía de la cárcel de Gómez Palacio, Rory Carroll buscó viajar de Caracas a La Laguna.
"Es un reflejo de lo que pasa en México", dice el corresponsal para América Latina del diario The Guardian de Londres. "En la forma en que la violencia se ha extendido y la forma en que las instituciones del Estado han sido infiltradas".
Carroll no es el primer corresponsal extranjero que ha volteado su mirada a La Laguna, pero durante su visita decidió tomar la situación local como una estampa de la ola de violencia que vive México desde hace cuatro años.
La carrera de este periodista irlandés de 38 años no ha estado ajena a la violencia. Una de sus primeras coberturas como corresponsal extranjero fue el conflicto étnico en la antigua Yugoslavia. De ahí pasó a Sudáfrica, donde conoció de tensiones raciales y altas tasas de crimen. Luego estuvo en Irak, donde en octubre de 2005 fue secuestrado durante dos días por una milicia islámica.
Durante tres días en La Laguna Carroll conoció la situación de inseguridad, habló con víctimas y testigos de la violencia y concluye que los hechos de las últimas semanas, desde la masacre en la Quinta Italia hasta el secuestro de periodistas, marcaron "un nuevo punto bajo en México".
En entrevista con El Siglo de Torreón, antes de regresar a Venezuela, donde tiene su base, Carroll compartió sus impresiones sobre México y La Laguna y dice que las historias que conoció en esta región merecen ser contadas.
→ ¿Por qué el interés por La Laguna?
Es un cambio de escenario de la frontera, porque Juárez domina las noticias y es una oportunidad para ver otra parte del país.
Y segundo es que en las últimas semanas han sido muy reveladoras, impactantes por lo que ha pasado, la masacre en la Quinta Italia, seguida por revelaciones sobre la cárcel de Gómez Palacio y el secuestro de periodistas.
Esos tres eventos dominaron las noticias y a mis editores y a mí nos pareció que la historia de La Laguna es de alguna manera la historia de México. Claro que cada región tiene sus dinámicas y sus características, pero de una forma ésta es la historia de México.
→ ¿En qué sentido?
En la forma en que la violencia se ha extendido y la forma en que las instituciones del Estado han sido infiltradas, como la cárcel, las policías. Es un reflejo de lo que pasa en México.
→ Durante cuatro años has cubierto América Latina, donde pasan cosas que parecen absurdas o increíbles. Cuando supiste de la masacre de 17 personas y que fue llevada a cabo por reos que salían de la cárcel, ¿qué pensaste?
Fue impactante, porque era algo que no habíamos visto. Aún con tanto derramamiento de sangre y tanto escándalo, al que nos acostumbramos, esto marcó un nuevo punto bajo en México y fue impresionante.
Claro que esto no es nuevo, sabemos que en México y en América Latina la seguridad tiene una reputación terrible.
→ ¿Qué impresiones te llevas de La Laguna?
Que la vida sigue, los negocios están abiertos, la gente sigue con su vida. Pero la ciudad está semiparalizada, está muerta en la noche, muchas actividades ya no se llevan a cabo. Es una ciudad que vive en el temor.
Es un contraste, porque aquí la luz es tan brillante, la luz del sol te ciega, pero los incidentes son tan oscuros. Es un contraste notable entre la luz y la oscuridad.
→ Vives en Caracas, y últimamente hemos visto noticias sobre la alta tasa de homicidios en esa ciudad, el triple que en La Laguna. ¿Sientes que Caracas es más segura?
Es tan subjetivo, todo son percepciones. Creo que aquí es más seguro, si sigues ciertas reglas, si no sales en la noche y tomas precauciones. Y en México la tasa de homicidios es baja comparada con Venezuela.
No sé, ésta es una ciudad que conquistó al desierto, pero ahora parece un páramo moral, la corrupción de la Policía y de las instituciones, la sociedad civil aletargada. La gente no entiende por qué pasa esto, hay un sentido de crisis de liderazgo, y es triste.
→ La gente aquí dice medio en serio medio en broma que a veces Torreón se parece a Irak. Tú has estado en Irak, lo has cubierto. ¿Qué opinas de la comparación?
Son tan diferentes. Claro que aquí es mucho más seguro que en Bagdad. Aquí no ves tantos soldados, no hay tantos muros o rejas o alambradas de púas como ves en Irak. Es una comparación superficial.
No se ve que sea una ciudad bajo sitio de la violencia. No es tan opresiva como Bagdad. Lo similar es el miedo y el temor de dónde va a ser el siguiente golpe violento, todos hablan de eso y es una ronda de rumores sin fin y de paranoia.
→ Has cubierto otros lugares con fuertes conflictos sociales que provocan tensiones y violencia, como Sudáfrica o la antigua Yugoslavia. ¿Cómo describirías nuestra situación?
El lado bueno es que este problema de la violencia no está enraizado en conflictos étnicos, religiosos o incluso de clase. Estas raíces que plagan otros países con violencia aquí no están. Hay otras características, pero esto no es lo que anima la violencia. Es un fenómeno criminal.
Esto significa que las raíces de la violencia no son tan profundas y quizá por eso aquí las cosas vuelvan a la normalidad en menos tiempo.
→ Dicen que en el extranjero tienen mala opinión de México porque los periodistas extranjeros se enfocan sólo en las malas noticias. ¿El problema es el retrato de México o que aquí pasan cosas tan graves que deben contarse?
Me encantaría cubrir algo de la vida cultural de México. Hay tanta variedad de temas, pero me temo que en este viaje me voy a enfocar en la violencia. Es tan extrema que amerita atención, pero es vergonzoso que no he tocado otro tema más positivo.
Es como Irlanda, cuando en las décadas de los 80 y 90 los periodistas extranjeros sólo iban por la violencia, el terrorismo, los motines, y todo lo demás no les interesaba.
No creo que sea algo que los mexicanos deben tomarse como personal. En Sudáfrica también sucedía lo mismo y los sudafricanos decían que sólo nos interesaba el tema del Sida, el crimen o el conflicto racial.
Recuerdo un viaje al Congo y fue increíble. Había una gran vida cultural y social y mis artículos sólo eran sobre la violencia, los refugiados, la guerra civil.
Sí es una lástima que los periodistas no vemos todo el país, pero no es nada personal. Pero ésta es apenas mi segunda vez en México. Debo venir más seguido.