LE SIGUE LA TOS Definitivamente no hay forma de dejar de hablar del arbitraje puesto que semana a semana los errores son de tal magnitud que parecería que lo hacen a propósito, aunque en realidad las fallas garrafales obedecen a una incapacidad rampante.
Esta jornada el nuevo tema fue la falta de concentración de los silbantes y árbitros asistentes, ya que incidieron ya sea en el resultado o en la conducción de los encuentros con determinaciones que retaron al mínimo sentido común. Por ejemplo, en el juego de Monterrey ante Pachuca, los auxiliares en la banda invalidaron tres jugadas de gol al equipo de Rayados, siendo lo peor que ni siquiera eran jugadas apretadas o de las llamadas de televisión, toda vez que el delantero arrancaba dos o tres metros detrás del defensor.
Y ahí no paró la cosa, ya que estos horrores de apreciación se dieron en el mejor elemento que tiene nuestro balompié en las bandas como es el caso de Rita Muñoz. Tampoco se trata de crucificar a esta dedicada fémina, menos aun cuando en esta fecha se celebra a nivel mundial el Día Internacional de la Mujer, pero resulta increíble que a la mejor cazadora se le escape la liebre, lo que mueve a pensar: si esta es la buena, cómo andarán los malos. En el partido donde Guadalajara perdió el paso perfecto allá en la "selva chiapaneca", tampoco el cuerpo arbitral las tuvo todas consigo. Si bien Jaguares ganó bien, se dejó de marcar un penal a favor de los de casa por la lejanía del juez central Ricardo Arellano pero no fue debidamente asistido desde la banda y esa escasa colaboración engendró el error.
Jorgito Gasso es un silbante que vive bajo una gran presión y eso lo lleva a aplicar la vieja máxima de "marcar todo", con el consabido tijereteo del partido. Lo malo es que en ocasiones, como en el Pumas ante Puebla, se manda decisiones absurdas como esa en que anuló un gol legítimo a los camoteros, donde no sólo no existió falta sino que sí la hubo, era un penal cometido por Sergio Bernal, pero bueno, viva la fiesta, que al fin dos semanas de descanso lo arreglan todo. El caso más notorio de desconcentración se presentó en el partido jugado en el Estadio Azteca entre las Águilas del América y los Gallos Blancos de Querétaro cuando el árbitro Miguel Ángel Ortega, estando el marcador dos a cero a favor del local, sancionó una falta en contra de los queretanos con un solo pero: indicó al revés y con ello sacó de onda a todo mundo.
Pavel Pardo se avivó y fruto del cobro cayó el tercer tanto americanista. Se puede caer en este tipo de yerros pero lo que no se vale es quererse "pasar de vivo" haciendo como que no hubo tal equivocación. El tema es que no hay modo de defender a los hombres de negro. Mientras la instrucción sea impartida por gente incapaz, el error grosero será el pan de cada día. Le sigue la tos al perro.
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