El domingo pasado, luego de que mis queridos Pumas "atendieran" al Puebla propinándoles una goleada, el carismático y pintoresco entrenador de la "Franja", José Luis Sánchez Solá presentó su renuncia a la dirección técnica del cuadro camotero.
El equipo de la "Angelópolis" arrastra una añeja problemática desde que Francisco Bernat compró la franquicia y el rescate financiero que ofreció el Gobierno del Estado, el cual venía acompañado de la imposición de un prestanombres del "gober precioso" llamado Ricardo Henaine.
El "pique" entre ambos dirigentes vino acompañado de demandas, acusaciones, querellas y denuncias penales que inclinaban la balanza ya a un lado, ya al otro, hasta que la semana pasada, en un "levantón jurídico" que firmaría el más entrón de los cárteles del hampa, unos sujetos identificados como policías cerraron el paso al auto de Bernat Cid y lo condujeron al reclusorio.
Ahí fue presionado para ceder sus acciones a favor de Henaine y de esa manera obtener su libertad. Si usted piensa que se trató de un secuestro "express", yo también.
Estoy convencido que Paco Bernat tampoco debe ser una blanca paloma; sus frecuentes líos judiciales, la forma de manejar al Puebla, dicho por algunos jugadores, y la forma en que se "embolsó" dineros que la Femexfut entregó al equipo distan de ser pulcros, por decir lo menos, pero creo que en este caso fue víctima de la muy particular forma de entender la aplicación de la justicia del señor gobernador.
El caso es que el popular "Chelís" deja el timón poblano aunque la dimisión del estratega no es un asunto nuevo. Cinco veces ha dicho lo mismo y como escribió José Alfredo Jiménez: "Estás que te vas y te vas y te vas y no te has ido".
Elegantemente ataviado, con "una pulsera" de pelo de elefante, dijeran mis amigos chiapanecos, se refirió al nuevo propietario del equipo en términos poco comedidos, afirmando que lo odia y que por ello prefiere dar un paso al costado.
No conozco a fondo al "Chelís", aunque tuve la fortuna de saludarlo en Sudáfrica y estoy convencido de que es una buena persona y por la forma en que se desliga del banquillo poblano, más le vale que esta vez sea en serio pues de lo contrario, esa renuncia parecerá renuencia y su palabra valdrá, de aquí en adelante, menos que la de aquellos a quienes dice aborrecer.
Estoy convencido que el hecho de que los gobiernos estatales distraigan fondos del erario público para metérselos a negocios privados como son los equipos de futbol es una canallada. Pero si además, las autoridades se prestan para pisotear el Estado de Derecho en beneficio del poder, el tema adquiere dimensiones monstruosas.
Ojalá que a los jugadores no los contamine esta situación, que el "Chelís" se mantenga en su dicho y que a Henaine y al "precioso"... el público los perdone.
Apbcarter_1@hotmail.com
