Cada semana los diferentes espacios informativos, en cuestiones deportivas, llenan al público con noticias provenientes del extranjero cuyo contenido es el accionar de los futbolistas mexicanos de exportación.
De esa manera nos enteramos que "Chicharito" Hernández no salió ni a la banca con el Manchester United, así como que Carlos Vela entró de cambio con el Arsenal.
Igualmente sabemos que Giovani Dos Santos no acaba de acomodarse con el Tottenham, los problemas de Pablo Barrera con el humilde West Ham, que Carlos Salcido debutó con Fulham y que Efraín Juárez no pierde con el Celtic.
De Holanda llega el parte de lo que hicieron el "Maza" Rodríguez y Héctor Moreno tanto con el PSV Eindhoven como con el AZ Alkmaar y de la "madre patria", lo sucedido con el escurridizo Jonathan Dos Santos, quien hace las delicias del público catalán enfundado en la camisola del Barcelona "B".
Bueno, hasta de la MLS gringa traemos resúmenes de lo hecho o dejado de hacer por Rafael Márquez y Nery Castillo cuando el nivel futbolístico de esa organización es más bien medianito.
El caso es que, con todo respeto, los futbolistas mexicanos andan por el mundo calentando la banca y con escasa participación estelar en los equipos donde cobran, pero como el futbol pareciera un tema central en la vida nacional, se tiene que hablar y alabar a estos sobrevaluados personajes.
La diferencia entre ser un verdadero estrella y andar por el mundo galopando en la mediocridad la establece el ya citado caso de los jugadores aztecas de balompié y los representantes mexicanos en las Grandes Ligas, donde se juega el mejor beisbol del planeta.
Los paisanos que emigran para jugar en la "gran carpa" generalmente triunfan y lo hacen en grande, pero desgraciadamente para ellos, la difusión y los reflectores se los lleva el futbol, salvo contados casos excepcionales.
Habrá quien diga que Hugo Sánchez triunfó a lo grande y es cierto pero también lo es que Fernando Valenzuela paralizaba al país cuando subía a la "lomita de las responsabilidades" enfundado en la franela de los Dodgers de los Ángeles.
Sería irresponsable de mi parte, porque indudablemente caería en omisiones, nombrar a tanto pelotero que ha puesto el nombre de México por los cielos, pero recuerdo, además del "Toro", a Horacio Piña, Aurelio López, Vinicio Castilla, Aurelio Rodríguez y otros tantos héroes del diamante.
En la actualidad habría que tributar un aplauso de pie a lo hecho por Joakim Soria con los Reales de Kansas. El de Monclova está a punto de completar los 40 salvamentos y es un ídolo de la franquicia, con posibilidades de imponer records envidiables pero sin perder la sencillez y la humildad.
Tanta difusión al futbol y la evidente omisión a los logros de los peloteros nacionales es gastar la pólvora en infiernitos.
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