LA IMPROVISACIÓN: La premisa fundamental que debe regir los actos de todo aquel que labora debe cuidar su trabajo y en ese sentido me parece que los miembros de la H. Comisión de Árbitros no están protegiendo el suyo. De otra manera no se entendería la designación del joven Jorge Isaac Rojas para debutar en el juego Tigres ante Guadalajara.
Ante todo debo decir que aplaudo el hecho de que se dé oportunidad a los silbantes jóvenes pero bajo una planeación que permita llevarlos con pasos firmes. Ingresar al "ordenador" el nombre de un muchacho que no ha tenido más actividad en la presente campaña que un juego de la División Sub-20 me parece no sólo improvisado sino incluso irresponsable.
Si no hay "mano negra" en el manejo del famoso "ordenador", cosa que no puedo comprobar pero tengo dudas razonables, le pudo tocar al señor Rojas cualquier partido, incluidos los equipos involucrados en el descenso o aquellos que afirman sentirse perseguidos por el arbitraje, lo que magnifica el poco bagaje con el que enviaron al chico a su debut.
Creo que si la aparición del novato hubiera sido planeada y consensada entre los señores que manejan el arbitraje, por lo menos tendría una designación por semana en lo que va del torneo en la división de ascenso pero resulta que no, el chaval ha visto desde la comodidad de su hogar el desarrollo de la Liga en que dirige, siendo el debut apenas el segundo partido a su cargo luego del ya consignado juego con los chavos veinteañeros.
La improvisación tiene también sus aristas en el número de jueces considerados como de Primera División puesto que al debutar silbantes sin antes hacer la limpieza, los condena a pitar un encuentro cada caída de casa y está plenamente comprobado que es la continuidad la única fórmula para madurar a un árbitro.
Finalmente los encargados del arbitraje en México dirán: "Pero si arbitró bien" y tendrán razón. El tema no es crucificar al muchacho ni desearle un mal, simplemente que caemos en dejar al azar, a la suerte, el destino de un partido y del juez por la ausencia de una adecuada planeación. En suma, podríamos decir, sin temor a exagerar, que las huestes de Aarón Padilla echaron un volado y por ahora les salió. Una apuesta muy cara, ¿no creen?
Otro aspecto de esa improvisación es el hecho de no tener charlas técnicas de buen nivel ni personalizar la instrucción de cara a los partidos, cuando en forma individual se dé orientación al silbante en turno. Si esto se hiciera, no tendríamos que ver arbitrajes tan desastrosos como el de Jesús Fabricio Morales en el Necaxa ante Cruz Azul, donde exhibió falta de planeación y un criterio localista en sus marcaciones.
Apbcarter_1@hotmail.com