El título de la presente colaboración hace alusión a dos grandes maestros, geniales profesionales y hombres entregados en cuerpo y alma a realizar sus proyectos y sueños.
Don Antonio Gaudí fue arquitecto y es considerado el máximo exponente del modernismo catalán. Entre sus muchas obras destaca el Templo Expiatorio de la Sagrada Familia, lugar de obligada visita cuando se está en Barcelona, cuya vistosidad le hace parecer incluso irreverente. Se dice de este singular proyectista que cuando se graduó en la universidad, sus profesores dijeron: "No sabemos si le estamos dando el título a un loco o a un genio".
Salvador Dalí es uno de los principales creadores dentro de la corriente pictórica denominada surrealismo y generó durante su vida toda una moda en torno a su excéntrica personalidad. Su obra sigue sobrecogiendo a aquellos que le admiran y sorprendiendo a las personas que la conocen por primera vez. Solitario, farolón, amante de las cámaras y la publicidad, pero sobre todo del dinero, dedicó su vida al arte y al amor que le profesó sin límite a su compañera Gala.
Los traigo a escena luego de ver, pasmado e incrédulo, el paseo que el Barça le pegó el día de ayer al orgulloso cuadro del Real Madrid, haciendo un alarde de calidad, clase, técnica individual, preparación física y carácter para demostrar que hoy por hoy constituye el mejor equipo del planeta.
Fueron tantas las pinceladas encumbradas a la categoría de arte y tan clara la expresión de una idea preconcebida de lo que es el balompié al grado máximo de la creación, que en lugar de decir Xavi se la pasa a Iniesta o Messi a Pedro, bien podríamos imaginar que Dalí se la pasa a Gaudí.
Los "merengues" sucumbieron víctimas de su propia soberbia, empezando por la de su entrenador, el simpatiquísimo José Mourinho, quien a modo de botana y para que lo vayamos conociendo ha dicho: "No soy el mejor entrenador del mundo. Sólo que no he conocido a alguien mejor que yo".
De ahí, pasamos a la gran figura mediática que es Cristiano Ronaldo y su carísima inefectividad. Un jugador que no marca, se abstiene de correr en defensa y recuperación de la pelota, que intenta, hasta para dar un pase de tres metros la jugada de "sexto año" y que se la pasa lloriqueando para que le marquen faltas a favor, contrasta brutalmente con Lionel Messi y su capacidad para el sacrificio, incluyendo el de recibir patadas arteras.
La Liga en España es una constante espera para saber quién gana el Barcelona-Madrid, ya que de ahí saldrá el campeón. El cuadro "culé" pegó primero y de qué manera. Si por esas cosas raras de la vida los blaugrana no son campeones, quedará este juego como una pintura u obra de arte que con gusto firmarían Dalí o Gaudí.
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