Muy bien, ha llegado el día para Santos Laguna en que quizás sea su más improbable viaje a una final y está a punto de lograrlo, ¿quien iba a pensarlo? Es cierto, se tiene un plantel rico en talento, pero como lo tienen otros diez equipos en el futbol mexicano. Después de verlo jugar contra Indios y Jaguares, cuando el equipo de Romano mostró su peor cara, francamente muy pocos veían a los laguneros instalados en semifinales y con la ventaja para llegar a su final numero seis de su historia.
No hay duda, el poder de la motivación hace maravillas, los Guerreros daban la impresión de ser un equipo aburguesado, que nadaban de a "muertito" a donde lo lleven las circunstancias, jugando por cumplir, si daba el resultado qué bueno, si no, ni hablar, la lucha se le hizo, pero entonces aparecen los seres queridos convocados por la directiva santista, mensajes escritos, videos, llamadas de larga distancia de México, Argentina, Colombia y Uruguay, el jugador escucha la vocecita de sus hijos diciéndoles: "Estamos contigo papi, te queremos ver campeón" y entonces la transformación, de burócratas del balón a seres apasionados por el juego, con un deseo enorme de éxito y de trascendencia propulsado por el cariño de los suyos, lo que vimos en CU fue apenas una prueba, coraje, agallas y defender lo tuyo con las uñas; lo de Morelia mucho mejor, además de los deseos apareció el futbol extraviado en algunos como Fernando Arce.
Si hay un ejemplo de estar jugando como si en ello le fuera la vida es Iván Estrada, bajito, aparentemente débil, frágil, ¡qué va!, varios han pagado el precio de subestimarlo, Guty llegó sin hacer ruido, ¿se acuerdan? Cuando llegó Oswaldo, Ortiz, Ludueña, Juan Pablo, el regreso de Vuoso, etcétera, Iván observaba tras bambalinas, y cuando el momento de entrar en escena llegó, Estrada enamoró a la afición lagunera, que lo tiene como referencia obligada cuando el equipo se ve mal y se le pregunta a los habitantes del Territorio Guerrero, ¿que le faltó al Santos? La respuesta es: "Que jueguen como el Guty".
Oribe, Oswaldo y Guty se han "matado" todo el torneo y de alguna manera han contagiado a la hora buena a sus compañeros, que han entrado en sintonía, pero es bueno recalcar, salir a la cancha con el objetivo de no defraudar a tu familia y amigos, dejando hasta la última gota de sudor en el campo te da un plus, se puede pasar o ser eliminado pero nunca dejar la idea de que se pudo hacer algo más. Van a dejar todo en el campo y en las tribunas, en las casas, en los bares y restaurantes, en cualquier rincón de esta querida Comarca los van a acompañar, ayudándoles a levantarse, consolándolos después de recibir un golpe, empujándolos a alcanzar ese balón que amenaza con entrar a la portería de Oswaldo, distrayendo al rival para que entre Darwin con una de sus legendarias apiladas. No estarán solos Guerreros, eso lo saben perfectamente.
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