No puede haber una final más ideal o deseada en La Laguna que contra el Monterrey, y estamos seguros que en tierras regias, aunque lo nieguen, también. Allá dirán que les hubiera gustado contra América, Chivas e incluso contra Tigres, y todo para minimizar como siempre al equipo de Santos Laguna. Están nerviosos los regios, a pesar de que le causaron la única derrota del torneo en el Corona a los Guerreros. Vucetich y sus muchachos saben perfectamente que ese partido de la jornada trece fue extraño. Los Rayados ganaron uno a dos, anotando sus goles al inicio de cada parte y observando cómo en el primer tiempo su defensa era rebasada una y otra vez, Santos no se cansó de fallar, Darwin se encontraba en el lado obscuro de la fuerza y se dedicaba a bordear el arco rival, al descanso, en condiciones normales Santos debió de liquidar el partido.
Será el sereno, dirán en la Sultana y tienen razón, gana el que mete más goles que el rival, el asunto es que si se plantea igual el juego del jueves, Monterrey corre peligro de ir a su casa con una desventaja irremontable, si le vuelve a ceder metros a los laguneros, éstos se lanzarán con todo a bombardear el marco de Jonathan, y con el científico loco, que ya se reconcilió con la puntería, los regios jugarían con fuego.
La ofensiva santista aparentemente luce completa, pero no nos equivoquemos, la ausencia de Juan Pablo afecta tanto atrás como adelante, la frialdad y oficio del "Chato" para salir del fondo con balón controlado y dándole panorama al ataque guerrero se va a extrañar, por Rodríguez inician un alto porcentaje de las embestidas de las "panteras negras", Juan Pablo sabe encontrar a los morenos, así sea de espalda al arco, que ellos ya se encargan del resto, creándose en el último tercio de la cancha sus propios espacios para encarar la portería rival.
Será interesante ver cómo lo resuelve Romano, seguramente utilizará a Fernando Arce, que se ha convertido en un caso único del futbol mundial, normalmente un jugador de las características de Fernando, que inició su carrera como "diez" en Irapuato y conforme pasa el tiempo lo lógico sería que corriera menos y le apostara más a su toque y proyección, pero no, todo lo contrario, corre como loco, va y viene incansable, no para, como si tuviera 20 años. En algún lugar del vestidor tendrá celosamente guardado su retrato de "Dorian Grey", la imagen de la pintura envejece mientras que Arce corre infatigable. Con la reaparición de Estrada en la lateral derecha, Fernando puede hacerse cargo de la contención uno, mientras que Paco Torres de la dos, dejando a Cárdenas con la responsabilidad del traslado del balón a zona roja.
La ausencia de Baloy también preocupa, alguien tiene que encargarse de Aldo de Nigris, que juega formidable de poste sirviéndole de frente a Suazo y compañía. Rafa, Jonathan y la Mona puede ser la línea de seguridad que forme Rubén.
Laguneros, considérense privilegiados, otra gran final y ahora nada más y nada menos en forma de clásico del Norte.
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