La estéril y paralítica inconformidad
Uno de los signos característicos de nuestro tiempo consiste en que un alto porcentaje de la población se siente inconforme con su situación personal. Su inconformidad permea varias dimensiones fundamentales de su existencia. Y nos referimos a personas de todas las porciones sociales y económicas. ¿Podrá existir de verdad algún antídoto contra esta inconformidad que pinta de gris nuestras vidas?
El genio psicológico de Goethe penetró en esta cuestión que tanta infelicidad nos causa. En una de sus obras escribió: Hay naturalezas problemáticas que nunca están a la altura de las situaciones en que se encuentran ni se dan por satisfechas con ninguna. De allí surge ese terrible conflicto que consume la vida sin permitir goce alguno.
Goethe jamás defendió el conformismo en el sentido de no aprovechar nuestras capacidades y de atenernos sólo a tomar lo que la vida nos dé. Goethe mostró a lo largo de sus años una incesante actividad y una producción asombrosa en poesía, novelas, ciencias y en sus cargos gubernamentales en la ciudad de Weimar, Alemania.
En todas sus obras, Goethe nos da una valiosísima pedagogía para la acción, la productividad y la alegría de la vida. A lo que siempre se opuso fue a esa actitud que tantas personas asumen, en el sentido de no estar conformes con nada y a la vez no estar dispuestas a mejorar sus vidas a pesar de poder hacerlo.
Todos conocemos la frase muy popular: “Yo no trabajo si no me la dan de gerente”. Frase jocosa que revela dejadez e inconformidad con la vida actual. No estar a la altura de las situaciones en que nos encontramos descubre en nosotros una naturaleza problemática, pues esa inconformidad no es la resultante de una situación determinada, sino que el inconforme lo está ante cualquier tipo de situación, ya que a ninguna de ellas le encuentra un significado y gusto, lo que le impide gozar de los placeres que tales situaciones conllevan.
Nada más lejano que pretender invitar a un conformismo enemigo de la vida. En el caso de los artistas, científicos, inventores, hombres creativos en la industria o del comercio, jamás se hunden en un conformismo espiritual vacío, inútil y destructivo.
En cierta medida, toda persona creativa está profundamente involucrada en mejorar las cosas, y por esa razón crea, inventa, se impulsa y mejora cualquier situación. Pero su creatividad nunca nace de un estado crónico y difuso de inconformidad existencial.
Recordemos, que el conformista sufre por su inconformidad, pero se queda paralizado, amargado e inactivo.
El inconforme crónico lo está en su actual situación, cualquiera que sea; y si pasa a una situación mejor o diferente, también estará inconforme. Si lo observamos bien, su inconformidad no es la consecuencia de ciertas circunstancias apretadas o de carencia, sino de una toma de posición falsa ante la vida y ante su propia existencia.
¿A cuántas personas extremadamente ricas o con poder político o prestigio profesional conocemos y sabemos que se sienten crónicamente insatisfechas?
Personas con graves perturbaciones emocionales y que vivían en la abundancia económica, nos relata el psiquiatra Alfred Adler, se curaron por completo cuando pasaron por carencias extremas con motivo de los bombardeos en Berlín. Adler nos relata que esas personas que eran sus pacientes, se curaron de sus perturbaciones y lograron ser muy felices en sus nuevos trabajos como taxistas o lavaplatos, después de haber gozado de una deslumbrante posición social. La inconformidad de estos pacientes se desmoronó ante la disyuntiva de morir de hambre o sobrevivir.
Para Critilo no hay duda de que cuando una persona entra a una situación límite, como la llamó el filósofo Karl Jasper ocurren dos cosas: o se hunde más, o bien se eleva espiritualmente y la visión de su vida cambia radicalmente.
Ante situaciones límite, nada mejor que tomar plena conciencia de que la inconformidad ante una actual situación (y las que están por venir) no se debe a las circunstancias en sí, sino a un necio aferramiento de sentir como algo justo su enfermiza inconformidad. ¡Conformismo estéril y paralítico, nunca; elevación del espíritu ante cualquier situación, siempre!
Correo-e: jacintofayaviesca@hotmail.com