La Laguna, de la historia a la literatura
En la Comarca Lagunera, el festejo del Centenario fue la excusa perfecta para acercar a muchos lectores a un gran número de obras y autores que tomaron de la Revolución los hechos para sus obras literarias.
Sucesos trascendentales para el desarrollo del movimiento armado que inició Francisco I. Madero en 1910, como la Toma de Torreón de 1915, tras la cual fue inminente la caída de Porfirio Díaz, y la de 1913 por parte de los villistas, tuvieron lugar en La Laguna. Esta región, por su situación geográfica y sus condiciones sociales y políticas, se consolida como uno de los escenarios fundamentales de la primera revolución social del siglo veinte, según registra la historia, pero también la literatura.
Incluso la incendiaria obra de Madero que antecede a este proceso histórico “La Sucesión Presidencial”, escrita en San Pedro, tiene como trasfondo las complicaciones propias de la Comarca Lagunera. En ese sentido, sería inconcebible no encontrar una alusión a este territorio como escenario en la Novela de la Revolución, género literario inspirado en los diversos episodios suscitados por la conmoción sociopolítica que vivió México durante el primer tercio del siglo pasado.
Aunque es larga la lista de autores cuya narrativa se alimentó de los acontecimientos y figuras de legendarios caudillos, destaca entre ellos, el lagunero Francisco L. Urquizo, historiador y general revolucionario, que tanto por su participación en la lucha armada, como por el conocimiento que tenía de la región de la que era oriundo, ofrece una descripción muy peculiar de La Laguna como escenario de la gesta. Así queda plasmando a través de títulos como “Memorias de Campaña”, “Tropa Vieja”, “Páginas de la Revolución” y “Fui Soldado de levita de esos de caballería”.
De igual forma, el chihuahuense Rafael F. Muñoz contextualiza “Vámonos con Pancho Villa”, en esta región. Combina la crónica épica del ejército villista en la Toma de Torreón y el desgarrador testimonio de TiburcioMaya hacia el final de la rebelión. Apartándose también del tradicional relato de la Revolución, en donde los héroes conducen a través de sus hazañas el hilo de la historia, dando voz a un grupo de personajes del común y corriente en su novela.
Del paso de Luz de Arellano por Torreón en 1915, donde contrajo nupcias con Carlos Arellano Guerrero, antes de instalarse en Chihuhua, nació la ignota “Palomas, Torreón y Pancho Villa”. Obra publicada en 1966, que narra en primera persona las décadas que enmarcaron la caída de Díaz y la gesta revolucionaria que protagonizó un grupo de campesinos que buscaba en épicas batallas conseguir un triunfo político.
Sin embargo, cien años después de que estos sucesos acontecieron y tuvieran un papel relevante en la región, en pleno festejo del Bicentenario de la Independencia y Centenario de la Revolución, uno de los mayores logros que se ha obtenido, es el acercamiento que el público ha tenido con un género literario que se abrió un espacio en las clasificaciones y enciclopedias universales de la literatura, precisamente como “Novela Revolucionaria”. Al igual que en la plástica, las artes escénicas y la filosofía, la Revolución juega un papel determinante en los temas contemporáneos de la cultura mexicana, incluyendo la literatura, que incluso llega a formar parte de la identidad de los habitantes de México a partir del siglo veinte.
LA DIFUSIÓN DEL GÉNERO
En La Laguna, el Café Literario y el programa mensual “Te platico un libro de la Revolución Mexicana”, ambos del Teatro Isauro Martínez, dedicaron desde inicios de año su programa a la literatura de la Revolución, en especial a aquellas novelas y relatos cuyos escenarios, suceden, tocan o hacen referencia a la Comarca Lagunera y las batallas que aquí se suscitaron con motivo de la gesta armada.
“Uno de los objetivos claros era festejar el centenario de la Revolución Mexicana, en este caso y por la naturaleza del espacio que coordino, a través de la literatura, sin embargo lo que hemos buscado a la par es acercar a la gente a este género literario, ya que la mayoría de personas sólo conoce de la Novela Revolucionaria, clásicos como Tropa Vieja, Los de Abajo, o Vámonos con PanchoVilla”, porque fue llevado al cine”, comentó Saúl Rosales, coordinador de literatura del Teatro Isauro Martínez.
Mesas redondas, conferencias, clasesmagistrales y una serie de actividades que a lo largo del año han programado las instituciones culturales de la región buscan construir una reflexión sobre la Revolución de 1910 y sus resultados cien años después, desde la literatura. También buscan reivindicar el género y descubrir una interminable lista de autores que no han sido favorecidos en reediciones y sus obras descansan celosas en las bibliotecas y acervos en espera de un lector.
¿QUÉ ES LA NOVELA DE LA REVOLUCIÓN?
Mientras eran libradas duras batallas con la esperanza de construir un proyecto de nación que diera cabida a las clases menos favorecidas, un grupo de escritores emprendió una misión con la intención de dejar una memoria lo más humana posible de las vivencias, lenguaje, costumbres y sufrimientos, entre otros aspectos, de quienes protagonizaron el movimiento armado de inicios del siglo veinte. Se conoce como Novela Revolucionaria a todas las obras y unidades narrativas cuyos acontecimientos suceden, hacen referencia o retraten los hechos heroicos y militares que dieron lugar a los cambios políticos, sociales y económicos de México a inicios del siglo veinte. Entendido en el que muchos expertos ubican el género literario entre noviembre de 1910 y mayo de 1920.
Por la naturaleza y el origen popular del conflicto armado, los líderes que protagonizaron de manera inmortal la lucha y los sangrientos encuentros que allí sucedieron, la literatura y los autores de la época encontraron un nicho donde el traslado de épicas batallas, héroes populares, además del color paisajístico y cultural donde sucedió- dio lugar a una serie de obras que han permanecido vigentes en el tiempo.
Uno de los principales logros de la novela revolucionaria fue inscribirse en la historia universal de la literatura como un género que narra la participación social del movimiento armado, el íntimo contacto con personajes del pueblo y con casi todos sus autores que tuvieron con las diferentes capas sociales del primer levantamiento popular del siglo veinte.
Un lagunero en el género
Conocido también como el novelista del Soldado, Francisco L. Urquizo, autor de “Tropa Vieja” entre otras, no sólo participó de manera importante en la RevoluciónMexicana sino que se convirtió en uno de los principales exponentes de un género literario que marcó toda una época en las letras nacionales.
Alcanzado por la Revolución Mexicana en su tierra natal, San Pedro de las Colonias, Coahuila, peleó con Emilio Madero y Francisco I. Madero, al que acompañó en el Decenio Trágico, y luego de su muerte se unió al Ejército Constitucionalista al mando del también coahuilense Venustiano Carranza.
Autor de 34 obras, es “Tropa Vieja” la que expone con mayor claridad el papel del soldado en los hechos revolucionarios. Según Salvador Novo, la novela escrita por el sampetrino, es la mejor novela revolucionaria que se ha escrito.
Una edición popular que se convirtió en un fenómeno literario que vendió decenas de miles de ejemplares, adquiridos por los lectores incluso a través de los voceadores.
Retratos de la Revolución
Entre las obras más conocidas de la Novela Revolucionaria se encuentran:
De Mariano Azuela “Los de abajo”, es quizá la más popular de las novelas de la Revolución Mexicana.
De Martín Luis Guzmán, “El águila y la serpiente” y “La sombra del caudillo”.
Francisco L. Urquizo escribió “Tropa vieja”, “Memorias de Campaña” y “Fui Soldado de levita de esos de caballería”.
La obra más importante de Miguel Lira es sin duda “La Escondida”, novela que es llevada al cine protagonizada por María Félix.
“El resplandor”, de Mauricio Magdaleno narra el dolor, la ausencia y la soledad como producto de una guerra.
Gregorio López y Fuentes, en “Mi General”, y sobre todo José Rubén Romero en “La vida inútil de Pito Pérez”, se entroncan con la vieja forma de la narración autobiográfica.
En “Frontera junto al mar”, de José Mancisidor Ortiz, el lector entiende un panorama diferente de 1910, la invasión en el sur de México y las batallas de Francisco Villa en el Norte, especialmente en la Toma de Torreón.