La magia no tiene truco
Desafiar los sentidos de los espectadores es el propósito principal de los magos, valiéndose de ciertos medios, que para la mayoría son un “misterio sin resolver”.
David Copperfield es considerado uno de los mejores ilusionistas del mundo. Entre sus trucos más famosos se encuentran el haber desaparecido la Estatua de la Libertad, levitar sobre el Gran Cañón, y atravesar la Gran Muralla China.
David empezó su carrera profesional a la edad de 12 años, y fue la persona más joven admitida en la Sociedad Americana de Magos. A los 16 años, ya era profesor de magia en la Universidad de Nueva York.
Ser mago, un buen mago, es un oficio de tiempo completo, y una vocación que se nutre con el estudio y la práctica, como lo exige cualquier carrera profesional.
Inscribirse en la universidad para aprender magia es algo limitado, pues sólo Rusia y Estados Unidos cuentan con escuelas especializadas en este campo. Sin embargo, como explica Roberto León Vera, mejor conocido en La Laguna como el “Mago Leo’s”, el aspirante deberá hacer uso de todas las herramientas disponibles para su formación.
Factores de entrenamiento
Prepararse en el área de la psicología es quizás el conocimiento más importante para el futuro mago. Deberá conocer, a fondo, los mecanismos de la mente del espectador: percepción, atención, y memoria, y poder desarrollar capacidades de manipulación.
Un ejemplo. Un mago desaparece una pequeña pelota azul y la hará reaparecer. Necesita realizar un truco. El mago pregunta al público: ¿todos recuerdan el tamaño y color de la pelota? Los espectadores, que tenían su atención concentrada en los movimientos del mago, siguen viéndolo, pero su mente, su atención se divide: por un lado vigilan las manos del mago, y el por otro piensan en el tamaño y color de la bola. De esta forma, disminuye la atención prestada a sus manos. El mago realiza el truco, se apodera de la bola, y la hace reaparecer en sus dedos mientras pregunta, ¿era así verdad?
La psicología también es indispensable porque, según el artista lagunero, se trabaja con diferentes tipos de público (niños, adultos, etc.), y el contexto en que se actúa frente a ellos, es igualmente diverso.
Salir al escenario, y que el acto de magia tenga éxito en la audiencia, requiere de tablas actorales. Para el mago comarcano, el entrenamiento también implica tomar clases de actuación, pues ayuda en el desenvolvimiento escénico, y en el manejo de las emociones propias, y de las demás personas.
Si se hace magia con comedia, por ejemplo, lo recomendable es aliarse de la experiencia de los grandes artistas. Por otro lado, es importante cuidar el repertorio de “chistes”, pues el objetivo es provocar carcajadas, no afectar la autoestima de las personas.
En la magia se habla del término “fusil”, y se refiere a copiar los trucos a otros magos. En México, la magia es de dominio público, si alguien ve un truco de un profesional, puede usarlo en sus presentaciones. En Estados Unidos la dinámica es diferente, cuando un mago crea un truco, lo patenta, y después de cinco años, puede ser utilizado por otros.
Lo que caracteriza a un buen mago es su originalidad y para lograrlo, el papel de la creatividad es fundamental; para inventar nuevos trucos, técnicas, efectos, y en general ofrecer un espectáculo novedoso.
Definir un estilo propio es clave para sobresalir en este medio. “Muchos magos son imitadores, pero tener su propia esencia, es lo que los hace salir adelante”.
A nivel mundial
Los congresos que se realizan tanto a nivel nacional, como internacional son una buena opción para enriquecer la formación profesional del candidato, pues es en este tipo de eventos donde se lleva a cabo una retroalimentación con magos de todo el mundo, se adquieren nuevos aparatos, y se aprenden nuevos trucos.
En México, cada año se realiza un congreso, pero para participar en él, la persona debe contar con la recomendación de un mago. Hacerse acompañar de un experto tiene sus ventajas, sobre todo, en términos del comercio: conoce quién trae lo más novedoso, quién ofrece los mejores precios; dónde se venden productos de mejor calidad.
En Estados Unidos se llegan a organizar hasta cinco convenciones anuales en diferentes estados, y en ellos se aglutinan cientos de magos de todos los países, incluyendo el nuestro, que realizan actuaciones extraordinarias.
Los mejores magos del mundo y los shows más espectaculares del planeta se pueden ver en Las Vegas y, según el Mago Leo’s, cualquier mexicano que tenga el talento y la preparación puede aspirar a ello, incluso, menciona que algunos colegas trabajan en Estados Unidos.
La asociación de magia más fuerte se concentra en el Castillo de la Magia, en Los Ángeles California, y en este lugar sólo pueden acceder los magos y admirar el trabajo de otra gente.
“Spider, un mago buenísimo del Distrito Federal, es contratado por temporadas para actuar en este castillo, y en diferentes eventos que se realizan en Estados Unidos”.
Magos mexicanos como Ari Sandy, Cristian Crishan, Chen Kai, el Mago Frank, son profesionales que empezaron a incursionar en esta actividad desde muy pequeños.
“Aprender magia es como aprender a tocar guitarra, entre más chico, las capacidades están más desarrolladas y se tiene más retención; yo desde primaria ya traía lo de las cartas”.
Al igual que Roberto León, Roberto Isaac León, su hijo, a sus 22 años, ya hace presentaciones en eventos que se realizan en la Comarca, con el nombre de Mago Isaac. Incluso, sus conocimientos en música ha facilitado el montaje de su show, pues según el Mago Leo’s, también es fundamental.
Hacer magia cuesta, no sólo se invierte en el aprendizaje, también se hace en aparatos, muchas veces valuados en dólares. “Cualquier efecto, sencillo, por ejemplo desaparecer una moneda en alguna seda, llega a costar hasta 70 dólares”.
Esta inversión, en la mayoría de los casos es equitativa. “Yo he tenido temporadas muy buenas, y otras un tanto difíciles, pero tengo 30 años viviendo de la magia, sí se puede vivir de la magia”.
La magia es una profesión difícil, pero llena de satisfacciones para quien la practica. “Para mí Dios está sobre todo, luego mi familia, la magia, y después todo lo demás”.