En memoria. Las familias arreglaban el entorno de las tumbas de sus seres queridos.
Durango
Basta dar una vuelta por los panteones en un día 2 de noviembre para tener apenas una idea de la convocatoria que tiene la muerte en el país.
Fueron muchos los preparativos para el Día de Muertos, que por fin llegó vistiendo los camposantos y sus alrededores de flor de cempasúchil y claveles, además de ser el único día en el que parece haber más vivos que muertos en el lugar.
Las autoridades esperaban que más de 300 mil personas visitaran los cementerios y la muchedumbre que se presentó tan sólo en el Panteón de Oriente dejó ver que se cumplió con las expectativas.
Desde temprana hora cientos de personas ingresaban por la puerta principal y laterales al panteón; eran recibidos por los jóvenes y niños, con azadón y cubeta en mano, que por 20 pesos le daban una "manita de gato" a la tumba del ser querido.
SENTIMIENTO
No podían faltar los conjuntos de música norteña y las clásicas melodías como Amor eterno, Cruz de madera, La barca y otras que año con año hacen recordar a aquellos seres queridos que se adelantaron.
En una tumba modesta, Roberta Méndez, de 62 años de edad, coloca un pequeño ramo de claveles blancos, mientras no puede evitar que se le escape una lágrima; hace 20 años que su esposo falleció y aún no lo puede superar. Dice que lo extraña todavía, mientras sacude la lápida con la mano.
Muy cerca de ahí varios niños corretean entre los sepulcros; llegaron con una familia grande y tratan de no aburrirse mientras sus madres y abuelas elevan varias plegarias por sus muertos.
Avanza el día y el sol cala más; el cielo está totalmente despejado y las personas de mayor edad buscan refugiarse a la sombra de los árboles. Otros sacan sus sombrillas y sombreros.
POR ADELANTADO
Como ya se ha hecho costumbre, al exterior del camposanto no faltan las personas que se dedican a vender paquetes funerarios o espacios para la sepultura, incluso con precios especiales, por ser Día de Muertos.
"La muerte es lo único por lo que todos tenemos que pasar y hay que estar prevenidos en todos los aspectos para afrontarla", comentan, aunque admiten que hay personas que se sienten ofendidas y agredidas con el ofrecimiento de los servicios, "como si nunca fueran a fallecer".
VIGILANTES
La Policía Montada, en motocicletas, a pie y las patrullas en los alrededores no pasan desapercibidos para los visitantes, quienes en su mayoría no se sienten incómodos por esta presencia, sino que, por el contrario, coinciden en que es bueno que haya tanta vigilancia.
Esto se complementa con la presencia de paramédicos de la Cruz Roja, elementos de Protección Civil, que se mantienen al pendiente para atender cualquier imprevisto que se presente ante la afluencia de cientos de miles de personas.
Desmayos, insolación o alguna torcedura de tobillo son las atenciones más comunes que tienen que hacer los elementos de los cuerpos de rescate; por fortuna, a decir de ellos, no hay sucesos graves.
A pesar de que para muchos la costumbre de visitar el cementerio en 2 de noviembre no pasa, las formas de recordar a los fieles difuntos son diversas. No se olvidan de llevarles de comer, beber y hasta sus cigarros favoritos; unos lloran, otros ríen, pero todos añoran algún día poder reencontrarse con sus seres queridos.
Tradición
En la celebración no faltan los conjuntos de música norteña y las clásicas melodías como Amor eterno, Cruz de madera, La barca y otras.
Negocio
No faltan las personas que se dedican a vender paquetes funerarios o espacios para la sepultura, incluso con precios especiales, por ser Día de Muertos.
Cuidados
La Policía Montada, en motocicletas, a pie y las patrullas en los alrededores no pueden pasar desapercibidos para los visitantes.
Una tradición milenaria de todo México
El Dia de Muertos es una tradición mexicana que tiene su origen en la epoca prehispánica, y que año con año se festeja en el país el 2 de noviembre.
En los panteones de todo México la celebración comienza desde el primero día de noviembre, coincidiendo con las fiestas católicas: Día de los fieles difuntos y Todos los santos.
La fiesta mexicana ha tenido tanto impacto en el ámbitro mundial que hace siete años fue declarada, por la Unesco, como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Los vestigios de celebraciones en las etnias mexica, maya y totonaca, revelan que esta tradición surgió hace alrededor de tres mil años, mucho tiempo antes de que los españoles descubrieran el ahora conocido como continente americano.
De acuerdo con la tradición antigua, al morir el individuo su espíritu continúa viviendo en Mictlán y cada 2 de noviembre, se cree que los familiares muertos vienen al encuentro con los vivos, en un ritual en el que no se ven, pero se sienten.
A la fecha, desde los más humildes hasta los más ricos, festejan a sus muertos en el país, con diversos actos de devoción y evocación.