La música es un desahogo universal no un arma nociva que ocasiona daños colaterales. Café Tacvba la ha utilizado como terapia para salir a flote de situaciones difíciles. Dos integrantes del cuarteto capitalino hablan de cómo han visto el arte sonoro en distintos lugares cuando el día a día es complicado y la gente se aferra a un instrumento con “espíritu aguerrido”.
Meme coincide que en este país hay muchos problemas y lo que más le apura es encontrar en él mismo algo por hacer para cambiar las cosas.
“Las malas decisiones ya están hechas y sus consecuencias crecen y crecen.
Aunque suene muy trillado, los cambios se inician con el entorno propio”.
Por principio de cuentas, continúa Joselo, no hay que generalizar. “Es lo peor que se puede hacer”.
Nuevas generaciones los siguen y no aceptan ver cómo se difunde en las noticias la suma de los jóvenes al narcotráfico o el saber que dejan sus estudios para tomar un camino más fácil. Ellos tienen otra cara de la moneda:
“Al decir que todos lo hacen se generaliza. Hace poco participé en un concurso de bandas de rock (Rockampeonato) y viajé a ciudades en donde el narcotráfico está fuertísimo y los problemas de violencia están en aumento.
“Me tocó ver a los nuevos músicos con espíritu aguerrido y tan aferrados a la música (a diferencia de otros lados) como si quisieran resumir el sentir de lo que les toca vivir. Los chavos no eran narcos ni delincuentes, eran músicos. Para subir a un escenario se estudia mínimo dos años”, expresó Joselo.
Emanuel del Real, personalizó la plática y destacó que él cuando compone libera muchas cosas. “A veces los problemas inspiran para hacer otros tipos de movimientos. La música es un desahogo universal, nunca va a hacer daño, puede existir gente con mala intención como en todo, pero siempre triunfan las expresiones honestas, lo que no afecta”.
Joselo Rangel memorizó sus apuntes de la historia de la música y la compara con los distintos comentarios que han surgido sobre el reggaetón como un ritmo despectivo y con alto contenido sexual:
“Desde siempre se ha dicho que la música como el mambo, el cha-cha-chá, el blues o el jazz era compuesta por el diablo. La gente se sorprende con el reggaetón o le causa ruido, no defiendo ni justifico sus mensajes, simplemente es una expresión muy verdadera, con raíces en su cultura. Hace cinco años viajamos a PuertoRico y a República Dominicaba y vimos cómo el ritmo manaba de la sangre de la gente, para nosotros es música folklórica”.
