¿P Or qué es importante el nuevo tratado START de no proliferación nuclear entre los Estados Unidos y Rusia? Y especialmente, ¿por qué es relevante para aquellos que no están directamente implicados? Es cierto, me olvidaba, siempre hay quien dice que el problema de proliferación nuclear es un problema "global" y que simplemente por ello nos interesa a todos y cada uno de nosotros. Pero, nada más por evitar ser reduccionista, habría que considerar algunos hechos alrededor de la firma del tratado.
Primero, hay que considerar que los avances para que el aparato diplomático estadounidense funcione menos unilateralmente han sido considerables durante lo que va de la administración Obama; pero éstos no han sido de gran impacto para con la sociedad estadounidense. Muy al contrario, el hecho de que la Secretaria de Estado y el vicepresidente hayan modificado los tonos de la diplomacia estadounidense contemporánea, ha sido tomado como una amenaza por parte de una idiosincrática población que está acostumbrada a ver a su gobierno como un imperio moderno que no tiene que hablar ni mucho menos negociar con el "enemigo". Es por ello que el anuncio de una nueva estrategia nuclear y de un nuevo tratado START cae como anillo al dedo al gobierno de Obama. Los tiempos han sido muy bien calibrados, no es casualidad que la llamada del presidente ruso Dmitri Medvedev para acordar los tiempos de negociación y firma haya llegado sólo unos días después de la aprobación de la reforma de salud.
Segundo, hay que tener en cuenta que últimamente Rusia ha jugado un papel clave de contrapeso a los estadounidenses en el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas, especialmente con respecto a la imposición de sanciones a Irán. Porque más allá de la moderación en el discursos de política exterior, el gobierno estadounidense ha intentado presionar para que Irán desista en sus intentos de seguir adquiriendo o enriqueciendo plutonio con posible uso militar. Pero las sanciones no han seguido el camino que la administración Obama quería y me parece que observaremos una reducción de la presión sobre el gobierno iraní a cambio de la firma del START. En vez de colisionar frontalmente con los rusos, los estadounidenses parecen haber encontrado la forma para que ambos países ganen frente a sus sociedades nacionales y la internacional, a la vez que se reduce la presión de tener a Rusia y a Irán en la ecuación Israel-Estados Unidos-Palestina.
Por último, la firma del tratado no es un hecho aislado en el ámbito de la no-proliferación nuclear. Del 3 al 28 de mayo de este año se llevará a cabo la conferencia de las partes encargadas del Examen del Tratado sobre la no Proliferación de las Armas Nucleares. Estas conferencias para evaluar la implementación del tratado se realizan cada cinco años y la anterior, realizada en la ciudad de Nueva York, se caracterizó por una frustración generalizada debido a que no se aprobaron mayores medidas para evitar la proliferación. Entre otras, las representaciones de Noruega, Chile, Sudáfrica y Canadá hicieron pública su decepción. Ahora, los gobiernos de Rusia y Estados Unidos pretenden generar una atmósfera que evite repetir los frustrantes resultados de hace cinco años, y a esto se suma la publicación del Reporte sobre la Nueva Estrategia Nuclear por parte de la administración Obama y que tiene como objetivo primordial reducir el papel de las armas nucleares en la estrategia de seguridad nacional estadounidense.
Es cierto, a todos nos conviene que estos dos países lleguen a acuerdos que reduzcan la cantidad de armas nucleares que poseen y absolutamente todos los países signatarios permitan mejorar las medidas de monitoreo. Pero jamás hay que perder de vista que la no proliferación nuclear no es una medida altruista de parte de las potencias poseedoras de armamento nuclear, sino un instrumento que tiene la finalidad de garantizar su monopolio; las armas nucleares seguirán siendo un riesgo a la seguridad regional y global sin importar quien las posea.