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La organización en la escuela

ROLANDO CRUZ GARCÍA

"Con especial afecto para mis alumnos de la Maestría en administración educativa y competencia directiva,por compartir importantes espacios formativos"

Si bien es cierto que lo organizacional nace en el sector empresarial, con la finalidad de que las empresas se desarrollen y se conviertan en entidades exitosas, es importante reconocer que al trasladarse al sector educativo, nos enfrenta a incontables posibilidades de aplicación, con destacables áreas de oportunidad y con una deseable necesidad de promocionarlo entre directivos y docentes; al implementarlo podemos llevar a nuestras instituciones a sobresalientes niveles de desempeño.

Reconocemos que el trabajo es una condición básica de la vida humana y que recrea al hombre al hacerlo partícipe de su propia realización. Sin embargo, no es la única, por lo que podemos entender que muchos de nuestros compañeros la consideran como una actividad transitiva, dirigida hacia un objetivo externo al sujeto, que supone un dominio específico, etc. Debido a lo anterior, los trabajadores no se involucran ni se comprometen.

Trabajar para una organización compleja, (como pueden ser las organizaciones educativas) supone un enorme reto, pero a su vez una hermosa oportunidad de saberse alguien significativo, digno de ser tomado en cuenta, competente, capaz de enfrentar exitosamente la vida y dispuesto a convivir con otros que tienen sus propias necesidades de autorrealización. De todo esto y más habla lo organizacional, de cómo los seres humanos aportamos nuestra esencia para crear una organización, de cómo tomar acuerdos para producir un bien o un servicio o una labor altruista o las actividades que promuevan nuestro desarrollo, etc.

Al revisar las áreas que incluye la teoría, el comportamiento y el desarrollo organizacional, nos damos cuenta de la falta que nos hace actualizarnos y capacitarnos (formarnos) en estas temáticas, que son poco conocidas en la vida de las escuelas y que a continuación me permito mencionarles (sin el ánimo de ser exhaustivo, sino más bien abarcativo): la misión, visión, filosofía institucional y las políticas de calidad, la gestión del cambio, la formación de equipos de trabajo, el desarrollo estructural y funcional de la organización, los conocimientos del consumidor y los principios de la mercadotecnia. Temáticas todas que tienen una amplia aplicación en educación.

Otras áreas del desarrollo organizacional no menos importantes son: el ingreso, promoción y permanencia del personal, los modelos de participación y reconocimiento, el liderazgo educativo, el conflicto organizacional, la solución de problemas, la toma de decisiones y la motivación organizacional.

Todas las áreas mencionadas son básicas y se convierten en fundamento para lograr eficientar a nuestras escuelas; sin embargo, existen nuevos paradigmas del desarrollo organizacional que pueden y deben aplicarse en nuestras instituciones, como son: enpowerment (o facultamiento), el justo a tiempo, el kai zen (o mejora continua), bench marking (o conocimiento de la competencia), la calidad total, la planeación prospectiva (o diseño de futuros), el coaching, los equipos de alto desempeño, el management zen, la competitividad internacional, etc.

Al revisar todas estas importantes temáticas, nos queda la sensación de que nos falta mucho por conocer y desarrollar en nuestras escuelas, institutos y universidades; nunca es tarde para empezar a formarse en ellas. A continuación me voy a permitir desglosar sólo algunas de las áreas del conocimiento organizacional, con el ánimo de despertar en mis amables lectores, el interés por tan apasionantes temas.

La misión, visión y filosofía institucional, son tres herramientas que facilitan y sustentan el funcionamiento de las organizaciones; a saber: la visión es la que orienta el futuro de la institución; es decir, cómo vemos a nuestras escuelas en un futuro inmediato, mediato y a largo plazo y aunque es más que una aspiración, nos da pistas de por dónde deberán transitar las organizaciones. A partir de la visión se genera la misión, que no es otra cosa que el quehacer que debe cumplir la institución, las funciones sustantivas que habrán de desarrollarse para logar nuestro cometido. Por último, es en la filosofía institucional donde se concretan la misión y la visión de la organización; es decir, donde llevamos al plano de lo concreto la esencia de nuestras escuelas.

Existe ahora un nuevo elemento que se incorpora a los anteriores para declarar cómo se pretende ofrecer un mejor servicio y que se denomina y se declara como política de calidad.

Otro tema importante es el cambio organizacional, en el que reconocemos que cambiar es abrir oportunidades, cambiar hacia la mejora de nuestros procesos y por ende de nuestros productos, que en el caso de la educación, son nuestros alumnos debidamente formados. Cambiar es actuar de manera distinta para provocar resultados diferentes, no se puede mejorar si se continúa como siempre, haciendo lo mismo y de la misma manera.

En la administración del cambio existen fuerzas restrictivas, como los temores, los efectos desconocidos, las razones personales, la sensación de pérdida, etc. Pero también existen fuerzas impulsoras que nos permiten generar y gestionar los cambios, como son: la capacitación y actualización del personal, nuevas políticas, rotación del personal, nuevas directrices, cambios directivos, etc.

Como podemos apreciar, los temas son importantísimos y sólo tocamos algunos de ellos; en la siguiente entrega concluiremos con otras temáticas, no menos importantes, que nos permitan trascender como personas en nuestras organizaciones.

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