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La (perenne) tragedia de Haití

EL COMENTARIO DE HOY

Puede sonar cruel, pero considero que el dicho es perfecta, prístinamente aplicable al caso de Haití: al perro más flaco se le amontonan las pulgas. Si de por sí ese tercio occidental de la isla de La Española ha sido un Estado fallido desde su independencia, hace 205 años; si desde hace generaciones es el país más pobre de este hemisferio; y si tiene un lustro siendo conducido y hecho funcionar, para efectos prácticos, por la ONU... que, además, un terremoto acabe con la poca infraestructura y equipamiento urbano que existía, ya parece una broma siniestra de los dioses.

Todos los atrabancados que andan amarilleando desgarrándose las vestiduras, diciendo que México es un Estado fallido, deberían darse una vuelta por Haití (con o sin terremoto) para que al menos supieran de qué están hablando... y cerraran la boca.

Haití nació como la primera república independiente del Caribe, y la primera república negra del mundo, en 1804. Aprovechando que Francia estaba muy ocupada tratando de controlar Europa y coronando a Napoleón Bonaparte, los esclavos de esa colonia se rebelaron en contra de sus opresores, los despacharon a mejor vida, y reclamaron su libertad. El problema fue que el país quedó prontamente en manos de un dictador loquito tras otro, de forma tal que Haití nunca funcionó realmente como Estado durante el primer siglo de su independencia. Si México, sabe Dios...

El caos y la anarquía condujeron a la intervención militar de los Estados Unidos en distintos momentos de la primera mitad del siglo XX. Lo cual no mejoró las perspectivas ni la realidad de la población, mayoritariamente analfabeta y que usualmente ha vivido en la pobreza más abyecta. Para fruncir lo arrugado, durante una generación el país estuvo dominado por una dupla surrealista de padre-hijo: Papá Doc y Baby Doc Duvalier, de 1957 a 1986. Estos tiranos oprimían a las masas asustándolas con historias de imaginarios zombies (esos muertos vivientes son autóctonos de Haití) y muy reales ton-ton macoutes, matones embrutecidos con drogas, que eliminaban a la oposición con particular salvajismo.

Luego de ser derrocado Baby Doc en 1986, la situación no se estabilizó. Los últimos 24 años han visto una cadena de dictadores militares, líderes mesiánicos delirantes y la positiva y breve intervención de Estados Unidos primero, y la ONU después. El debut de Brasil como aspirante a potencia mundial se dio en Haití, cuando Cascos Azules brasileros se hicieron cargo de la seguridad y paz del país desde 2004. Y ahí siguen.

En resumen, Haití jamás ha funcionado como Estado, y su población nunca ha tenido la menor oportunidad de prosperar e incorporarse al mundo moderno. Algunos optimistas dicen que quizá el terremoto sea una bendición disfrazada, y ahora se pueda hace borrón y cuenta nueva... Pero, ¿cuántas veces puede un país empezar de cero? Sobre todo, ¿teniendo un dolor tan reciente y profundo?

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