La Selección Mexicana vive en el caos y la desorganización

El futbol, como fenómeno social, se ha contagiado de la desorganización que existe en el entorno de un país que vive los triunfos y sufre, aún más, por las derrotas del conjunto que los representa. La Selección Nacional es otro ejemplo de retraso y desorden que no dan para mejorar lo hecho históricamente.

Un par de meses después del Mundial de Sudáfrica, en el que se volvieron a generar más ilusiones de las que realmente podían hacerse realidad, la figura del equipo tricolor se ha desmoronado por la lentitud con la que los directivos han iniciado el proceso rumbo a la Copa del Mundo de Brasil 2014.

La Selección Nacional todavía no tiene técnico y parece estar lejos de definirlo, mientras los dueños del balón no se pongan de acuerdo y decidan qué personaje les dejará mayores dividendos económicos durante los cuatro años que, se supone, estará en el cargo. Entre los candidatos se encuentran José Manuel de la Torre (estratega del actual campeón Toluca) y Víctor Manuel Vucetich (campeón del pasado Apertura con el Monterrey), dos timoneles poco mediáticos, pero efectivos en la cancha, aunque precisamente esa necesidad de mejorar en lo deportivo no sea prioridad para muchos de los involucrados en la elección.

Los logros económicos de la presente administración, la de Justino Compeán, no están en discusión. Como presidente de la FMF, Compeán recaudó 400 millones de dólares por concepto de la Selección, además de que amarró a patrocinadores de gran nivel y renovó el contrato con SUM, la empresa que maneja los partidos del Tri en Estados Unidos, donde el equipo es un éxito taquillero garantizado en el lugar que se presente.

Sin embargo, lo deportivo está muy lejos de esas exorbitantes cifras de dinero. Incluso descendió tres lugares en el ranking mensual de la FIFA, para quedar ubicado en el sitio 28 tras acumular 795 puntos. La selección de Estados Unidos, el gran rival del conjunto tricolor, se colocó en el sitio 18 para convertirse en el mejor equipo de la zona, en otro reflejo de las realidades que viven estas dos selecciones, la segunda, con una mejor organización y trabajo de cara a sus compromisos internacionales.

El descontrol que se vive en el seno de la Selección Nacional tuvo uno de sus episodios más funestos al final del amistoso ante Colombia, en Monterrey, la noche del 7 y madrugada del 8 de septiembre, cuando algunos jugadores del equipo decidieron realizar una "reunión" en el hotel de concentración, en la que se habrían violado diferentes puntos del reglamento interno.