"Una victoria más como ésta
Y estaremos perdidos."
Pirro
Ste martes 10 de agosto el presidente Calderón rechazó que el Gobierno esté perdiendo la guerra contra el crimen organizado, a pesar de que hay una percepción generalizada que lo hace ver como derrotado. "En los enfrentamientos, por ejemplo, aunque hay lamentablemente bajas del Ejército o de las fuerzas federales, las bajas de los criminales son considerablemente mayores. Estoy hablando de proporciones quizá de ocho a uno o más. Indefectiblemente, la victoria, digamos, de este enfrentamiento corresponde al Gobierno."
Vemos en estas palabras un primer intento del presidente de definir su concepto de victoria en la guerra contra el crimen organizado. Saber cuál es el objetivo que se persigue en una guerra es absolutamente indispensable para un esfuerzo exitoso. Y efectivamente, si la victoria es matar más enemigos de los que éstos nos matan a nosotros, habrá que aceptar que el Gobierno está alcanzando el triunfo. Cuando hay batallas directas y abiertas entre organizaciones criminales y el Ejército o la Policía Federal, usualmente son las fuerzas del Gobierno las que matan a un mayor número de sus rivales.
"De tal manera que no es dable hablar de que esa guerra o esa batalla se va perdiendo -dijo el presidente-. El problema radica en que una vez que se controla una situación más pronto o más tarde y la fuerza se retira, no hay algo que supla eficazmente el poder público en ese lugar. De ahí la importancia del fortalecimiento institucional de policías, ministerios públicos y jueces estatales y federales en todo el territorio nacional."
Hay, sin embargo, otras definiciones de victoria, quizá más razonables en las que el Gobierno no parece salir tan triunfante. Si esta guerra se inició para combatir el consumo de drogas, por ejemplo, el índice más lógico de victoria sería una disminución en el uso de estupefacientes. Pero esto no ha ocurrido. En Estados Unidos, si acaso, el consumo se ha mantenido estable en los últimos años, mientras que en México, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Adicciones, ha habido un aumento importante.
Otra posible indicación de victoria sería una disminución de la violencia o de crímenes como el secuestro y la extorsión. Pero esto no ha sucedido tampoco. De hecho, el propio presidente declaró este martes pasado: "Asumamos, en el escenario de victoria, que es el que queremos y que sabemos que vamos a tener, aún en ese escenario de victoria, honestamente, es impensable que no haya violencia; es más, probablemente el escenario de victoria implica que el escenario de violencia, de enfrentamiento, de bajas, se prolongue, incluso, más tiempo." O sea que el primer mandatario considera que puede lograrse una victoria a pesar de que se mantenga o aumente la violencia.
Antes de declarar una victoria hay que definir lo que uno quiere decir con el término. Mientras el presidente mida la victoria en número de muertos o detenciones, podrá decir con confianza que está ganando la guerra contra el crimen organizado. Pero los ciudadanos vemos el problema desde otra perspectiva y por eso tenemos una visión generalizada de que estamos siendo derrotados. La violencia, la inseguridad y el consumo de drogas en nuestras comunidades son los criterios de victoria o de derrota para quienes no vivimos detrás de las barricadas y la protección del Estado Mayor Presidencial. Y desde esta perspectiva, es difícil decir que México le está ganando la batalla al crimen organizado.
GERMÁN
El jefe de Gobierno Marcelo Ebrard le otorgó ayer a Germán Dehesa la Medalla de Ciudadano Distinguido de la Ciudad de México. Yo, sin embargo, debo protestar por esta decisión. Ya antes de recibir la presea Dehesa andaba muy creidito por la vida. Por eso poco importa que merezca la medalla. De hecho, precisamente porque la merece, toda la sociedad debería unirse para exigir que se le despoje públicamente de esa distinción o de cualquier otra que a alguien se le pudiera ocurrir otorgarle.
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