El equipo naranja se metió en problemas en la novena entrada al dejarse empatar, sin embargo, en la parte baja de este mismo episodio le regaló una de las últimas alegrías del año a su afición. (Ramón Sotomayor)
Con entrada cercana a un cuarto de plaza, así abrió la primera fecha del serial novilleril "En busca de la Victoria" celebrado en el "Coliseo Centenario de Torreón". Tarde desangelada, de avisos y desierta de triunfos. Novillos de "La Concha", bien presentados, el 1º destacó por su fuerza, justo de raza y manejable, 2º y 4° sosos y descastados, 3° gran novillo bravo y con estilo.
El primer novillo de la tarde resultó ser "Luna Llena", para el coleta purépecha Alejandro Corona, el burel sale de la puerta de chiqueros sobrado de fuerza y al llegar a las tablas salta y apoyando los cuartos traseros se impulsa brincando al callejón, los de adentro cual sanfermines huyen despavoridos, otros se quedaron quietos, ante el paso del novillo por fortuna sin percances.
En su labor Alejandro Corona aguantó al novillo que a pesar del castigo nunca acusa debilidad, con temple logró meterlo a la muleta ejecutando con valentía la suerte, a la hora de la verdad pincha en hueso y el burel finalmente es pasaporteado al descabello. Palmas.
Llega el turno del neoleonés Fernando Cantú, con la roja ejecuta muletazos por derecha que arrancan las palmas e impregnan de sentimiento al compás del paso doble "Macarena" a la hora de la verdad hunde el acero y el novillo, el burel no dobla y el espada escucha el segundo aviso y el novillo dobla y muere tras la puntilla. Penoso resultado con Palmas y pitos tras dos avisos.
El novel Peruano David Carrasco recibe de hinojos al novillo "Voy y Vengo", arrancando las palmas del respetable, con la muleta inicia su labor con doblones pegado a las tablas, de pie intenta dominar al burel que acude con nobleza a la muleta. El novillo como gritando "Enséñame David" y el coleta contestaba con la muleta "yo también estoy aprendiendo" al momento el Peruano fue quien más logro conectar con el tendido. Estocada delantera y caída pero con efecto letal. Al momento del aviso el toro dobla y el trofeo se hace de humo. La afición lo premia con vuelta al ruedo tras aviso.
El novillo que cerró el festejo fue "Caporal" destinado para Javier Gallardo, novillo que emulando al primero intentó brincar al callejón pegando enorme susto a los apoderados tapados en el burladero, no así al aficionado practico José Luis Orosco. En su labor Gallardo intentó que el distraído novillo entrara en la muleta, intensa labor que poco a poco se fue complicando, hasta decidir abreviar. Dos estocadas y una después de escuchar el aviso pasaportean al enemigo. El novillero escucha palmas en el tercio.
