Andrés Manuel López Obrador es un peligro para México, sentenció, como en 2006, Felipe Calderón, a dos años de la siguiente campaña por la sucesión presidencial.
"El mayor defecto es que le hizo un daño terrible a México con su campaña de rencor y de odio, antes y después de las elecciones. ¡Y el primer damnificado fue él!", dijo el Presidente, quien contribuyó a la serie de declaraciones contra y a favor del tabasqueño, quien fuera su rival en 2006 y quien, al parecer, lo es aún.
Sin embargo, el ex jefe de Gobierno no es de los que se queden callados y hace unos momentos en su Twitter confirmó que a las 18:00 horas contestará los señalamientos de Calderón, en la Alameda central del Centro Histórico.
La reciente confrontación de dimes y diretes, podría remontarse al tema de las alianzas específicamente a la que podría darse entre el Partido Acción Nacional (PAN) y al sol azteca en el estado de México, a la cual López Obrador se opone tajantemente.
El tabasqueño le exigió a los líderes de su partido explicar cuáles son los acuerdos para realizar la alianza y reprochó que el Partido de la Revolución Democrática (PRD) nació para transformar la vida pública de México y "no para ser palero de la mafia de la política, como lo son sus dirigentes".
Ante esto, los ataques no sólo provinieron de sus adversarios, sino de sus propios correligionarios como Jesús Zambrano, dirigente de Nueva Izquierda (NI),quien afirmó que Andrés Manuel ha caído en un discurso irresponsable, maniqueo, vulgar y mesiánico.
Y en un tono más moderado, Jesús Ortega, líder del PRD, simplemente dijo que pensar diferente a AMLO no es traición al partido y le pidió moderarse para no dividir a los partidarios.
Con quien no se ha dado la confrontación, hasta el momento, es con el actual jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard quien al igual que López Obrador ya está en plena campaña y quien sólo se limita a decir que se elegirá a un candidato de izquierda en 2011, con base en los posicionamientos de las encuestas.
