Las Kardashian atacan de nuevo
MÉXICO, DF. El único éxito de Las Kardashian es un video sexual casero, pero hacen el reality con más rating de la televisión por cable. El pasado miércoles 10 de marzo inició la cuarta temporada de esta familia anormal que se hace millonaria mostrando sus intimidades.
En cuatro años el televidente ha visto a las tres hermanas Kardashian angustiarse por el dilema de no tener zapatillas que combinen con su vestido, convertirse en empresarias, embarazarse, hacer fiestas, gozar el dinero de su herencia, enojarse con Paris Hilton, posar desnudas para Playboy, emborracharse y amanecer con un tatuaje inesperado.
Desde su estreno en octubre de 2007, el programa de realidad simulada "Keeping up with the Kardashians", fue severamente cuestionado.
The New York Times publicó: "Kim Kardashian ha levantado su carrera (como una persona que es famosa por el simple hecho de que quiere ser famosa) a la manera de una aprendiz. Se trata de una familia a la que sólo se le puede entender en su lógico de oportunismo colectivo, incluyendo el video sexual de Kim que 'accidentalmente' sería publicado en internet".
Entertainment Weekly fue lapidario: "Su único éxito en la vida es haberse grabado teniendo sexo y organizar fiestas".
De nada valieron las críticas. En su primera temporada, el programa tuvo un millón de televidentes por capítulo. La segunda temporada ascendió a 1.6 y para la cuarta temporada (estrenada en noviembre de 2009 en Estados Unidos) la cifra se ubicó en 4.9 millones según Nielsen Media Research.
La temática de los episodios siguen siendo la cotidianeidad de estas tres socialités a quienes se suma su madre, que también trabaja como su manager.
CUARTA TEMPORADA, NUEVOS ¿CONTENIDOS?
En esta cuarta temporada, Khloé tiene una falsa alarma de embarazo mientras que Kim tiene un dilema existencial: ¿amar o no amar a los perros? Finalmente Khloé se entera de que no está embarazada y Kim decide adoptar un perro chihuahueño para demostrar que todos debemos amar a los animales, "aunque sean perros".
El capítulo resulta polémico para los fanáticos que recuerdan que las Kardashians y Paris Hilton eran amigas inseparables hasta antes de 2007, pero que luego se convirtieron en enemigas supuestamente por celos y egos. El hecho de que Kim adopte un chihuahueño (raza de perro consentido de Hilton) parece un guiño hacia Paris.
En Latinoamérica, esta reciente serie de capítulos se estrenaron la semana pasada con el programa en el que Khloé se enfrenta a toda su familia luego de tomar la decisión de casarse con Lamar Odom. Al tratar de explicar el éxito del programa, la propia Kourtney dijo:
"El público nos ve en situaciones familiares muy reales. No hay cosas inventadas, no hay ficción. Los enojos suceden realmente entre nosotros y eso es lo que le encanta al público".
La madre del clan, Kristen, compara su vida con el de una telenovela de la vida real: "La verdad es que es un reality muy divertido. Nuestras vidas, si bien tienen altibajos como la de cualquier persona, también muestran ese lado divertido que tenemos. El programa ha sido exitoso porque no abarca a un solo tipo de público, es para jóvenes y adultos de todo el mundo. También hay mucho drama en mi vida y la de mis hijas; nos enfrentamos diario a nuevos retos".
AUMENTA SU ÉXITO... Y LAS CRÍTICAS
Su éxito comercial no ha significado que sus críticos se suavicen.
Un artículo de The New York Times de julio de 2009 relataba la frivolidad de una noche común en la vida de Kim: la siguieron hasta un club V.I.P. donde la conversación navegaba entre Big Brother (del que Kim nunca había oído antes) y el amor de sus fanáticos.
Al preguntarse las razones del fenómeno Kardashian, llegan a la conclusión de que saben explotar su encanto: si son una familia superficial, muestran lo divertido que es ser superficial; si son hermosas, posan para Playboy; si el rating baja, hacen promocionales sensuales. "Ellas son hermanas, no santas", dice el slogan promocional de los cárteles que anuncian la cuarta temporada, lo cual también da una pista sobre su éxito: el televidente puede ver lo que realmente son, no hay engaños y, por el contrario, se muestran auténticas.
Saben sus límites. Kim acepta que jamás pretendería llamarse actriz:
"Nunca he pensado en convertirme en actriz. Estoy contenta con lo que hago, llevando mi vida como una mujer de negocios que está en disposición de mostrar en televisión sus problemas y logros en la vida real".
Y su madre alimenta ese sueño:
"Afortunadamente mis hijas son una chicas educadas, que saben lo que quieren. Sinceramente me siento bendecida al respecto. Todos en mi familia son increíbles; son buenas personas, inteligentes e independientes; además conscientes del bienestar de las personas".