I los antiguos griegos pudieran observar el mundo de hoy, seguramente dirían que su dios del inframundo, Hades o Plutón, está haciendo de las suyas. Esta deidad no sólo tenía dominio sobre los muertos, y por ende, de la destrucción; su nombre significada "rico", porque las entrañas subterráneas, ocultas a la luz, están pletóricas de tesoros que este soberano, de acuerdo a su voluntad, entregaba a los mortales para crear vida. No por nada se representaba a Plutón con el cuerno de la abundancia. ¿No parece WikiLeaks uno de sus regalos? Se publica información oculta, que ha estado bajo las cañerías de la política y que tiene un valor incalculable...
Un primer obsequio que nos deja para este fin de año, es el de reflexionar sobre el tema de la transparencia. Sí, en todos los países democráticos se nos dice que se hacen esfuerzos desmedidos por lograrla y para ello se gestan instituciones y se gasta enormes cantidades de recursos... pero hoy podría parecer sólo una formalidad. ¿O no es un caso de terrorismo ramplón, que el país "democrático" por antonomasia, nuestro vecino del norte, señale a los estudiantes de los programas de Asuntos Internaciones y Públicos de la Universidad de Columbia, que se guarden de hacer comentarios en Facebook y Twitter sobre WikiLeaks, a riesgo de quedar excluidos en un futuro de algún puesto federal? ¿No es precisamente lo que Estados Unidos reclama a Cuba?
¿Qué significa la democracia si a los ciudadanos no sólo se oculta, sino aun se manipula información para cometer asesinatos, como se puede observar en una de las primeras filtraciones en que desde un helicóptero norteamericano se abre fuego sobre niños y adultos indefensos en Bagdad? Si bien no es una novedad para nadie que Estados Unidos interviene y manipula eventos de mil y un maneras en aquellos países que consideran de importancia para su economía o su seguridad, no es lo mismo "suponer", que conocer de primera mano que Hillary Clinton duda de la salud mental de Cristina Kirchner o de Felipe Calderón.
WikiLeaks ha puesto a temblar los bastiones en los que se yerguen las sociedades occidentales: la democracia, la transparencia, la soberanía, la diplomacia en las relaciones internacionales. Quizá por ello, la crítica de las primeras figuras que se atreven a cuestionar el encarcelamiento de uno de los principales fundadores de la red, Julian Assange, es precisamente contra el doble discurso de los Estados Unidos.
Apenas el jueves, el presidente de Brasil, Lula da Silva, señaló que este proceso "expuso una democracia que parecía intocable". Por su parte, el primer ministro ruso, Vladimir Puttin señaló, ¿por qué encarcelar a Assange? ¿es esto la democracia? Incluso, la Alta Comisionada de Derechos Humanos de la ONU se encuentra preocupada por las presiones que seguramente están ejerciendo los gobiernos, sobre las empresas privadas, para suspender sus servicios a WikiLeaks.
Los ataques de hackers a sitios que han suspendido su apoyo a esta red, plantean un problema: todos podríamos estar expuestos en Internet, ahí están nuestros datos, las transacciones virtuales, los recursos que se guardan en cuentas de banco electrónicas, los correos que enviamos a familiares y amigos. Por eso, es importante que quede claro que hay intimidad o privacidad que se debe de proteger, es un derecho que no está a discusión; pero hay asuntos públicos, que interesan a todos los ciudadanos y no deben estar ocultos. Lo asuntos que han emergido en WikiLeaks, son públicos. ¿O es terrorismo saber cómo se desarrollan las relaciones internacionales? ¿No debiéramos conocer todo aquello que finalmente es financiado con el trabajo de los ciudadanos?
Quizá por ello comienzan a surgir inquietudes más locales. Los chinos disidentes quieren abrir su propia WikiLeaks, porque ven en este instrumento posibilidades para plantear una nueva democracia y ya están llamando a los cibernautas a subir información para arrancar el primero de junio de 2011 con lo que llamarán Government Leaks.
Y claro, muchos ciudadanos se preguntan lo que pasaría si hubiera un sitio parecido en cada ciudad, por ejemplo, Torreón. ¿Nos enteraríamos de los arreglos a los que llegan los partidos políticos entre sí?, ¿o de cómo se aprueban los permisos para la venta de cerveza? ¿tendríamos todos los documentos para verificar cómo se vendieron los predios para la construcción de la "gran plaza", tan anunciada y tan mediocremente planeada?, ¿comprobaríamos si el acuerdo con PASA favorece realmente a la ciudad?, ¿conoceríamos la historia completa, con sus intrigas y personajes, sobre lo que pasó con el DVR?
Nunca antes en la historia habríamos tenido la posibilidad de tener acceso a esta información, antes resguardada en archivos secretos. El desarrollo de la tecnología es tan vertiginoso, que no hemos tenido tiempo de valorar la disposición del Internet y de todo lo que se está construyendo en este espacio virtual mediante la colaboración de miembros de la comunidad global. Hoy esta red nos recuerda la importancia que tiene en el siglo XXI, la transparencia y la confianza. Es necesario defenderlas.
Lorellanatrinidad@yahoo.com.mx