Encuentro. El Presidente Felipe Calderón Hinojosa junto a los presidentes de las mesas directivas del Senado de la República, Manlio Fabio Beltrones, y de la Cámara de Diputados, Jorge Carlos Ramírez Marín. NOTIMEX
El Presidente Felipe Calderón le tomó la palabra al Poder Legislativo, que por voz del senador Manlio Fabio Beltrones y del diputado Jorge Carlos Ramírez, apremió al Ejecutivo a pactar acuerdos cuanto antes.
La manifiesta voluntad de ir por acuerdos afloró ayer al conjuro del Bicentenario de la Independencia, en la glorieta del Ángel, después de que Calderón diera el Grito en la cuna del movimiento, Dolores Hidalgo, Guanajuato.
"Recojo y acepto con responsabilidad y aliento, las palabras de diálogo y colaboración ofrecidas por los máximos representantes del Congreso, tanto de la Cámara de Senadores, como la de la Cámara de Diputados", planteó Calderón ante embajadores, funcionarios e invitados especiales.
"Las tomo, no simplemente por ser mi más profunda convicción democrática, sino porque sé que México hoy lo necesita más que en mucho tiempo", apuntó el Presidente.
El priista Manlio Fabio Beltrones había dicho que la sociedad exige a los actores políticos un nuevo acuerdo nacional para hacer efectivos los derechos sociales para todos los mexicanos; el diputado y correligionario suyo, Ramírez Marín, consideró que es momento de elevar las miras y de reconocer que hay más coincidencias que desacuerdos.
Calderón trajo a escena al Padre de la Patria, el cura Miguel Hidalgo, para recordar sus palabras: "No necesitamos sino unirnos. Si nosotros no peleamos contra nosotros mismos, la guerra está concluida y nuestros derechos a salvo. Unámonos todos los que hemos nacido en este dichoso suelo".
Con ese trasfondo de por medio, el Presidente sugirió dar forma a una nueva etapa en la historia nacional.
"Redoblemos el paso, dialoguemos y acordemos cómo se ha propuesto, reforcemos lo que hemos hecho, vayamos más aprisa en lo mucho que México ha hecho bien y donde sea necesario reiniciar comencemos nuevamente con el aliento de darle a la Patria las condiciones que merece", propuso.
Acompañado por los miembros de su Gabinete, Calderón dijo entonces que era necesario destruir el viejo orden y, aunque sea difícil, apuntalar uno nuevo a la altura de los anhelos de la ciudadanía.
El Presidente hizo notar que México ha enfrentado una y otra vez graves problemas, retos, obstáculos y tragedias que han golpeado el hogar común, "pero que nunca lo han derribado, porque México tiene sólidos cimientos de unidad, de identidad y de integración capaces de resistir cualquier adversidad".
En ese sentido, aseguró que la criminalidad, un fenómeno que genera desánimo y preocupación, será superada, pero bajo la óptica de no permitir que la adversidad nuble la visión y oculte la grandeza de México.
"No olvidemos que otros mexicanos enfrentaron también, antes que nosotros, obstáculos, penalidades, limitaciones mayores, mucho más graves que las nuestras, y salieron adelante, porque tuvieron la altura de miras, la generosidad y la valentía para reconocer el reto y para unirse frente a él", repuso.
