Se va. Sandra Bullock abandonó la casa que compartía con James, días antes de que se diera a conocer que éste la engañaba. ARCHIVO
MÉXICO, DF. La felicidad de Sandra Bullock por los premios acumulados en los últimos meses parece estarse convirtiendo en tristeza. Su esposo la engañó con otra.
Jesse James lamentó ayer el dolor y la vergüenza que está ocasionando a su esposa Sandra Bullock por la relación que tuvo con la modelo Michelle McGee, quien dio a conocer la relación el miércoles pasado.
James declaró a People que había tenido "mal criterio" y que se merece "todo lo malo que está encontrando en el camino", además de referirse a su esposa también lo dijo por sus tres hijos.
La pareja fue vista en público por última vez en la ceremonia de los Oscar.
Aunque la ganadora del premio a la Mejor Actriz no mencionó específicamente a James en su discurso de aceptación, ambos caminaron tomados de la mano en la alfombra roja y él la acompañó a numerosas entregas de premios previas a los de la Academia.
La actriz canceló su asistencia al estreno de The Blind Side en Londres, por la que ganó la estatuilla dorada, debido a problemas con su esposo, el fabricante de motocicletas para celebridades.
La actriz de 45 años dijo en un comunicado emitido por Warner Brothers que "por motivos personales, me es imposible realizar por ahora el viaje para promocionar la película. Pido disculpas por cualquier inconveniente que esta resolución pueda causar y agradezco el apoyo que le han brindado al filme".
Sin embargo, medios británicos dijeron que la decisión fue por problemas con su pareja, pues relacionan a James con la modelo Michelle McGee.
Sandra y James se casaron en julio del 2005.
AFORTUNADAS EN EL TRABAJO, NO EN EL AMOR
Si la actriz y su esposo se separan, ella se sumaría a una larga lista de colegas ganadoras de Oscar cuyas relaciones personales han fracasado.
Sólo el último año, Susan Sarandon (ganadora en 1996) y Kate Winslet (2009) se separaron de sus respectivos maridos. Reese Witherspoon, Halle Berry y Julia Roberts están entre otras ganadoras de la década pasada que el mismo año de sus victorias dejaron a sus compañeros.
Cuando Hilary Swank ganó en 2000 por Boys don't Cry, los reporteros apuntaron que la actriz no mencionó a su esposo, Chad Lowe, en su discurso de aceptación, lo que llevó a conjeturas de que la pareja atravesaba problemas. Lowe fue la primera persona a quien Swank agradeció cuando ganó su segundo Oscar, en 2005, por Million Dollar Baby. Pero su gratitud pudo haber sido otra actuación: para finales de 2006 la pareja ya se había divorciado.
