Después de estar ocho meses en el penal federal de El Rincón Nayarit, 31 de 51 ex custodios procesados por la fuga de 53 reos del Cereso de Cieneguillas fueron absueltos, al ser declarados inocentes y algunos de ellos analizarán la posibilidad de interponer una contra demanda.
Quedan 20 ex celadores que aún continúan en prisión, entre los que figuran diferentes comandantes y mandos que laboraban la madrugada del día de la fuga (16 mayo 2009) y se cree que éstos puedan ser quienes tengan un proceso jurídico más complicado.
Sin embargo, Gabriel Jacobo Chávez, uno de los 31 liberados, insiste constantemente que "allá (en el Cefereso de Nayarit) aún siguen presos muchos inocentes".
Jesús Arellano Rodríguez, abogado de Gabriel y de otros ocho ex celadores más que fueron absueltos, refiere que trabajó con Lorena Ortiz, así como otros defensores y finalmente se logró la libertad derivado de la apelación del auto de formal prisión que dictó el Juzgado Segundo de Distrito, recurso que el Tribunal Unitario de Nayarit remitió a uno de los nuevos juzgados mixtos de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en este caso al Tribunal Unitario Auxiliar con sede en Culiacán, Sinaloa.
El abogado considera que los procesados pudieron salir 15 días después de que se interpuso el recurso de apelación, pero la respuesta se obtuvo seis meses después, "quizá por la fuerte carga de trabajo" que tienen esas instancias encargadas de los casos relacionados con la delincuencia organizada.
Dentro de los nombres de los liberados que se han mencionado son Gabriel Jacobo Chávez, Edgar Juárez Gallegos, José Filiberto Venegas Ortiz, Isabel Trejo Martínez, Otto Reyes de Santiago, Mario Castañeda Martínez, Mario Hernández, Marcelino Nape, Antonio García Espinosa, Alfredo Alfaro Rodríguez, Baltazar Delgado Juárez y Juan Carlos Sánchez Ortiz.
También Martín Revilla Mauricio, José Félix Romero, Víctor Hugo Raudales Zapata, Elpidio Muro Saucedo, Raúl Martínez Ramos, José Raúl Martínez Martínez, José Silvano Casango, Guadalupe Alcalá Mejía, Rogelio de la Rosa Huízar, Vicente López Trujillo, Francisco Galván Tello, Jesús Juárez López, Víctor Simental García, Martín Huitrado Corral y Raúl Raudales de la Rosa.
Una vez que fueron absueltos, las autoridades penitenciarias trasladaron a los 31 ex custodios a la central camionera de Tepic, Nayarit, y la mayoría de ellos se regresó a Zacatecas en camión, otros en vehículos particulares de sus familiares y unos cuantos a sus lugares de origen como Veracruz.
El regreso
Originario de la comunidad de Martínez Domínguez, en el municipio de Guadalupe, Gabriel Jacobo Chávez, de 38 años de edad, una vez que emprendió el camino a Zacatecas contaba cada kilómetro para volver a ver a su familia. Al primero que vio fue a su padre, en compañía de su abogado, a quienes dio un fuerte abrazo.
Al ser entrevistado por El Universal, Gabriel menciona que no sabe cómo sacará de ahora en adelante a su familia, pero tiene claro que ya no volverá a trabajar en las corporaciones de seguridad ni penitenciarías, porque "una vez me la hacen, pero dos no. Uno queda arisco de que lo señalen injustamente".
Tenía cinco años que se desempeñaba como custodio en Cieneguillas y relata que el día que un grupo armado, con uniformes de policías federales, liberó a 53 reos ligados al Cártel del Golfo, él estaba asignado al Hospital General de Zacatecas para custodiar a un reo que estaba internado por cuestiones de salud.
Su turno terminaba a las 08:00 horas y su relevo llegó una hora después. A la par le notificaron que se trasladara de inmediato a las instalaciones del penal de Cieneguillas, "a esa hora aún desconocía lo que había pasado" dice.
Incluso, asegura que "nos tuvieron detenidos con puras mentiras" hasta que fueron enviados al Cefereso de Nayarit.
Considera que las autoridades sólo buscaron culpables sin revisar cada caso. Sin ahondar más en el caso ni buscar posibles culpables, considera que "un simple custodio" como él no podría tener un poder como para permitir la extracción de los 53 reos, por ello, considera que "no se ha investigado a quienes verdaderamente debieron investigarse".
Por lo pronto, su único objetivo es tratar de recuperar el tiempo perdido con su familia, pero admite que ese hecho afectó moral y psicológicamente a todos los 51 ex custodios procesados y no será fácil subsanar.
Para cuando es entrevistado demuestra el júbilo que siente por estar libre, pero sobre todo su ansiedad por llegar y estar con su familia una vez que ha pisado el suelo de su tierra.
Al final en el despacho de su abogado se pone de acuerdo con él para reunirse en próximos días, junto con otros ex custodios, para analizar la posibilidad de interponer una contrademanda.
Insiste que "fue injusto" y refiere que la cárcel no sólo la vivió él, sino también toda su familia que jamás lo abandonó y siempre luchó por su libertad.