Evidencia. La PGJE investiga un posible enfrentamiento, pues en la camioneta baleada se encontraron casquillos percutidos. ARCHIVO
Durango
Por tercera vez en menos de 72 horas, cambia la versión de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE), sobre la masacre suscitada el domingo pasado en Pueblo Nuevo, donde fueron acribillados diez menores de edad.
La nueva versión asegura que dentro de la camioneta baleada se encontraron cinco casquillos de "cuerno de chivo" y uno de .9 milímetros, por lo que la PGJE planteó la hipótesis de que no fue una ejecución, sino un enfrentamiento entre bandos.
García Leal no descartó la información que proporcionó el alcalde de Pueblo Nuevo, donde presume que el sangriento hecho se debió a una posible revancha, ya que según datos que él tenía, uno de los familiares de las víctimas podría estar involucrado en un secuestro.
En rueda de prensa, el procurador Daniel García Leal, justificó que los primeros datos que proporcionó la dependencia estaban basados en el reporte del jefe de cuartel del lugar y no en el agente del Ministerio Público.
Aclaró que no hubo ninguna niña de ocho años muerta, pues Yesenia Sarabia Mancinas, resultó tener 15. Además se dijo que las víctimas no habían participado en ninguna entrega de apoyos y que apenas se dirigían a Los Naranjos, versión diferente a la que se dio a conocer al principio.
Sobre las dos señoras que fueron bajadas de la camioneta antes del crimen, se aclaró que no hay evidencias que comprueben tal versión, pero no descartó el hecho de que dos bebés -de ocho y nueve meses- hubieran sobrevivido al ataque.