Estados Unidos ha enviado helicópteros, furgonetas con rayos X y perros entrenados para ayudar a México en su guerra contra los cárteles del narcotráfico, pero los funcionarios mexicanos que se reúnen aquí el martes con sus pares estadounidenses dicen que, para ayudar de verdad, éstos deben atacar el consumo de droga en su país.
Los presidentes Barack Obama y Felipe Calderón han enfatizado en repetidas ocasiones que ambos países cooperan para combatir a las poderosas organizaciones mexicanas del narco, cuyas luchas por territorios y enfrentamientos con el gobierno han causado 17,900 asesinatos desde que el mandatario local asumió a finales del 2006.
Para los funcionarios estadounidenses, la violencia creciente en México y la inestabilidad de sus sistemas judicial y policial constituyen un problema estratégico. Los funcionarios mexicanos dicen que esa inestabilidad se debe a la demanda insaciable de narcóticos ilegales en Estados Unidos.
Para ayudar a enfrentar el problema, Estados Unidos prometió en 2008 el envío de 1,300 millones de dólares en ayuda por medio de la Iniciativa Mérida. Pero hasta ahora entregó sólo 128 millones y los secretarios de gabinete y otros altos asesores del gobierno de Obama que visitan México pensaban hablar sobre la manera más eficiente de gastar esos fondos.
Las conversaciones de un día adquirieron más urgencia después que una empleada del consulado de Estados Unidos en Ciudad Juárez, su marido —ambos estadounidenses— y el esposo de una empleada mexicana de la legación fueron asesinados a tiros hace dos semanas en esa población vecina de El Paso, Texas.
Pistoleros presuntamente de los cárteles de las drogas persiguieron y abrieron fuego contra dos camionetas deportivas donde viajaban familias tras una fiesta infantil, mataron a los adultos e hirieron a dos niños.
Las reuniones bilaterales de alto nivel en la Ciudad de México fueron planeadas hace meses y serán encabezadas por el lado estadounidense por la secretaria de Estado Hillary Rodham Clinton.
Acompañan a Clinton el secretario de Defensa Robert Gates, la secretaria de Seguridad Nacional Janet Napolitano, el director de Inteligencia Nacional Dennis Blair y el jefe del Estado Mayor Conjunto, almirante Mike Mullen.
"Los sucesos trágicos de Juárez son apenas un recordatorio de los desafíos que enfrentan ambos países", dijo el subsecretario de Estado estadounidense Arturo Valenzuela antes de las conversaciones.
Aunque la situación en la ciudad norteña, donde hubo 2,600 asesinatos el año pasado, es muy grave, "Juárez no es el único lugar donde hay un problema grave", agregó. "Hay un problema en toda la parte norte de México y en las zonas fronterizas".
La tarde del lunes, Obama habló con Calderón para reiterar su compromiso de trabajar con México, según un comunicado de la Casa Blanca.
Los encuentros tendrán cuatro objetivos, uno de ellos mejorar la aplicación de la ley, dijo Valenzuela.
Otros temas a discusión con los funcionarios mexicanos incluirán cómo frenar a los cárteles y cómo incluir a las comunidades de ambos lados de la frontera en la planificación de la seguridad.
Un tema que no estará sujeto a negociación, dijo el embajador de México en Estados Unidos Arturo Sarukhán, es la idea de autorizar que haya elementos armados norteamericanos en su suelo, que hiere la susceptibilidad mexicana.
"No hay ninguna intención de autorizar un despliegue militar estadounidense en México", dijo el lunes Sarukhán, "ni en las tareas operacionales ni en el trabajo de espionaje o la recolección de información de inteligencia".