Helicópteros estadounidenses cargados de ayuda humanitaria llegaron el viernes a las áreas inundadas del noreste de Pakistán, donde han muerto casi 1.500 personas y 4 millones han quedado damnificadas.
Las fuertes lluvias monsónicas, las peores en décadas, han traído más destrucción a una región ya golpeada por la violencia de extremistas islámicos.
Personal militar estadounidense esperaba impacientemente a que las intensas lluvias cesaran un poco, para poder llevar ayuda a las comunidades del valle de Suat donde muchas personas viven en campamentos o edificios públicos.
La mayor parte de la destrucción proviene del sagrado río Indo, que en mejores momentos es la fuente de irrigación de los campos de cultivo de la zona.
Cerca de 30.000 soldados paquistaníes están reconstruyendo puentes, repartiendo comida e instalando campos de auxilio en el noroeste, área que es la principal zona de batalla en contra de al-Qaida y el Talibán. Las Naciones Unidas y otros países han donado millones de dólares.
También han prestado su ayuda organizaciones de caridad islámicas como la fundación Falah-e-Insaniat, la cual varios expertos de occidente creen esta relacionada con Lashkar-e-Taiba, grupo al que se le atribuyen los ataques terroristas del 2008 en Mumbai. El director de la fundación, Hafiz Abdur Rauf, dijo que la ayuda de Estados Unidos era bienvenida.
"Esta es una situación difícil para nosotros", dijo Adur Rauf. "Cada mano de ayuda y donación es bienvenida". Falah-e-Insaniat esta administrando 12 unidades médicas y suministrando alimentos diarios a cerca de 100.000 personas.
El gobierno ha sido blanco de crítica por no estar haciendo lo suficiente, especialmente después que el presidente paquistaní Asif Ali Zardari decidió proseguir con un viaje a Europa en medio de la crisis.
Cerca de 85 militares estadounidenses participan en la labores de rescate.
