Los polvos Météorites Perles fueron la estrella del verano con la gama de colores pastel. Maquillista. Olivier quería ser diseñador, pero encontró en el mundo del maquillaje la oportunidad para demostrar su talento, convirtiéndose en uno de los mejores.
Hace diez años, el maquillista llegó a Guerlain, para renovar el espíritu de la casa y desarrollar exquisitos productos cosméticos.
Cuando Olivier Échaudemaison era muy joven, soñaba con dedicarse al diseño de moda; sin embargo, la vida lo llevó por otro camino. Luego de probar suerte en la peluquería, se involucró en el universo de los cosméticos, convirtiéndose en uno de los mejores maquillistas de Francia y, posteriormente, del mundo.
Rania de Jordania, Carolina de Mónaco, Audrey Hepburn, Ava Gardner, Grace Kelly y Sofía Loren, entre muchas otras bellas mujeres, han sido maquilladas por Échaudemaison.
"La cara más hermosa que he visto en mi vida es la Liz Taylor", apunta el maquillista, quien ha sido calificado como uno de los maestros de su rubro.
En 2000, hace 10 años, fue nombrado director creativo de Guerlain, lo cual le ha permitido proponer, temporada tras temporada, las tendencias de color que se llevarán, además de desarrollar exquisitos productos cosméticos como las barras de labios Rouge G y KissKiss, la máscara Le 2 y, recientemente, las sombras Écrin 6 Couleurs.
Sin saberlo, su vida había estado ligada a la casa francesa desde hace mucho tiempo: cuando tenía 20 años de edad, usaba Vetiver, una de las fragancias emblemáticas de la maison. "Me encantaba ir a comprarlo", recuerda.
Olivier vive en París. Cuando no está trabajando, le gusta visitar galerías y leer; también viaja mucho y disfruta de todo lo que existe a su alrededor, pues es así como nutre su inspiración. En uno de esos momentos libres, concedió una entrevista para Kiosko.
"Hace años, decidí trabajar en un mundo de mujeres y jóvenes: la moda, ya que ésta siempre involucra un ambiente de color, dentro del cual hasta el negro es un gran tono", señala Olivier.
"Cuando llegué a Guerlain, me admiró esa sofisticación en la tradición", recuerda el director creativo. "Me impresionó esa fuerza única y su continuidad. Con semejante patrimonio, se tiene la legitimidad necesaria para ser vanguardista.
"Mi primer reto fue darle a esta casa el lugar que merecía entre las firmas top; además, aportarle una historia especial entre las marcas que tienen moda y accesorios. Creo que lo hemos logrado. Estos 10 años han sido una aventura, con la cual deseo continuar, con muchos más propósitos y promesas.
"Tengo una auténtica historia de amor con esta marca. Es sensual, chic y tiene estilo, pero no es arrogante. Da al maquillaje su sentido legítimo, que es el de ser sencillo y embellecer", asegura.
UN MUNDO DE COLORES Al principio de su carrera, Olivier trabajó con el famoso estilista francés Alexandre de París (quien murió en 2008). "Por mi gusto por la moda, llegué a la peluquería y, más tarde, al maquillaje", confiesa.
"En ese tiempo, en las sesiones de foto no había maquillistas. Las chicas de los 70 se maquillaban solas. Aprendí muchas cosas observándolas.
"Después, en la compañía Harriet Hubbard, descubrí el placer de remover y realizar texturas y colores; posteriormente, pasé un tiempo en Estados Unidos. Lo que vino a continuación ya lo conocen, me incorporé en la línea de maquillaje de Givenchy (donde estuvo 10 años) y, un poco después, me convertí en el director creativo de Guerlain".
De sus primeros años, recuerda: "Transcurrieron descubriendo la alta costura, dentro de un mundo en el que las mujeres eran bastante extravagantes, las modelos eran las estrellas y el mundo estaba girando", señala.
Además de su labor en Guerlain, Olivier Échaudemaison también trabaja, ocasionalmente, para algunas sesiones de fotos. Ha colaborado con los mejores fotógrafos de moda, como Richard Avedon, Guy Bourdin, Jean-Loup Sieff y Sarah Norman Parkinson, entre otros.
Su devoción por el maquillaje es indiscutible. "Equivale a vestir a una mujer desnuda. Hasta en el estilo nude lo podemos encontrar", afirma. "El color es la vida. El cine en blanco y negro es sublime, pero algo anticuado, porque crea una distancia con la realidad. Los colores, en cambio, son indispensables, sobre todo para un rostro, aunque sea sólo para borrar las zonas de sombra, reavivar los labios o aportar frescura".
Le encanta descubrir rostros, narrar historias a través de ellos y hacer que encarnen el espíritu de una marca. Hace años, trabajó con Carla Bruni, quien apenas se iniciaba como modelo.
Hoy, esculpe y maquilla el rostro de Natalia Vodianova, la musa de Guerlain.
"Ella es chic total", afirma Olivier. "Combina gracia y la juventud. Le encanta jugar, es elegante y rockera a la vez. Es extraordinaria. Puede ser inocente, vampiresa, fresca o parecer un personaje de la realeza. Es una artista innata".
Gracias a su profesión, ha tenido la oportunidad de estar frente a mujeres que son consideradas las más hermosas del mundo; por eso, le preguntamos su definición de belleza, a lo que respondió: "Cada quien posee una belleza propia. No sólo es como la conocemos: ojos grandes, piel hermosa, labios divinos.
"Cada día se aceptan más y más imperfecciones y, como todos sabemos, la belleza es interna. Al estilo también se le considera belleza" afirma.
"Cuando una mujer se siente la más guapa después de usar uno de nuestros productos, podemos que decir que hemos cumplido nuestra tarea", señala.
¿Cuál es tu siguiente objetivo?, preguntamos. "Meta, es una buena palabra, que para mí significa mecanismo. Tenemos que desarrollar nuevas texturas y productos, que hagan que cada mujer tenga dentro de su bolso un pedazo de un sueño gracias a nuestros productos", finaliza Olivier Échaudemaison.