La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, la OCDE, ratificó a México como el líder mundial en obesidad en población adulta, con dos de cada tres personas en esa condición.
Para el director del centro de salud Isauro Venzor, José Antonio Adame, los hábitos alimenticios son determinantes aunado a otros factores como la actividad física y el factor hereditario.
Y es que incluso a los pacientes que ya enfrentan una enfermedad crónica, como la diabetes mellitus o la hipertensión arterial, les resulta muy difícil modificar su forma de comer. Este es uno de los motivos por los que suelen abandonar el tratamiento.
A través de las generaciones, los mexicanos hemos adoptado hábitos de alimentación que, aunado a los factores que la vida moderna implican, como el ritmo de vida acelerado, la predilección por las comidas rápidas y la facilidad de acceso a los alimentos procesados, han agravado la salud de la inmensa mayoría.
Según Adame, las referencias de múltiples estudios hacen ver la necesidad urgente de que la población adquiera y desarrolle otras alternativas de alimentación, en las que no se recurra tanto a las grasas saturadas, los refrescos y las harinas.
De hecho, la guía gráfica del Plato del Bien Comer ilustra a la perfección la mejor forma de alimentarse para los mexicanos: una mayor cantidad de frutas, y verduras; medianía en el consumo de cereales y combinar en menor cantidad las leguminosas y alimentos de origen animal.
