En su dÍa. Mario considera que los profesores deben reflexionar sobre la formación que brindan.
Mario Ernesto Hernández Pérez lleva la docencia en la sangre. Hijo de profesores, desde joven dijo que quería estudiar Ingeniería en Sistemas pero sentía que las aulas le llamaban y finalmente, en una prueba de orientación vocacional, sus asesoras le indicaron que lo más idóneo para él sería convertirse en maestro.
"Y tenían razón... yo creo que el ser profesor se lleva al 100 por ciento en la sangre, no es una casualidad ni una necesidad, es una predisposición que ya traemos, en mi caso hasta genética", dice Hernández en tono bromista.
Sigue estudiando
En su juventud, fue seleccionado regional del equipo de basquetbol y obtuvo siete campeonatos en levantamiento de pesas, por lo que considera que la educación debe ser integral y que el deporte es parte fundamental del desarrollo de los estudiantes.
A sus 41 años, Hernández sigue siendo estudiante, pues cursa la maestría en Desarrollo. También da clases en la Escuela Normal y este año cumplirá 20 años como docente, en los que su principal satisfacción ha sido ver a sus alumnos acomodados en diferentes puestos de trabajo, como "gente de bien".