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Lluvias laguneras

Las tolvaneras traen algo más que tierra

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Beatriz Mejía

Árboles, anuncios espectaculares, nomenclaturas, semáforos, y postes de luz caídos, adornan la ciudad después de una tolvanera. También causa incendios, y qué decir del halo de tierra impresionante que deja en casas, y en vehículos particulares y de transporte público, que parece les hubieran descargado un costal de arena encima a propósito. A veces, cuando la ráfaga de viento llega “con todo”, hasta se prescinde de los servicios básicos de energía eléctrica y agua potable.

Pero hasta aquí, el panorama funesto de este fenómeno meteorológico no estaría completo; mejor conocido como “lluvias laguneras”, además de ensuciar la Comarca, y causar daños en estructuras de la vía pública, llega a mermar la salud de sus habitantes.

Los padecimientos

De acuerdo con Oscar Hernández García, especialista en medicina interna y terapia intensiva, además de la rinitis, conjuntivitis, y sinusitis, muy comunes durante los cambios de estación, existen otras enfermedades que se descontrolan con la presencia de las tormentas de polvo.

Los pacientes con bronquitis crónica, o asmáticos, a pesar de estar bajo observación médica, y con un control adecuado de la enfermedad, pueden reincidir en ella, con cuadros alarmantes, por lo menos, durante los terregales.

Así mismo, los fumadores “empedernidos”, que han sido diagnosticados con enfisema, corren el riesgo de sufrir una descompensación. “Como estos pacientes tienen una función respiratoria al borde, una tolvanera les puede provocar una mayor dificultad para respirar, llevándolos incluso, al consultorio médico y salas de urgencias”.

En el terreno infeccioso, explica el médico, lo más común es la diseminación de hongos debido al tipo de clima árido característico de la región, que cuando se mezcla con humedad, la convierte en una zona realmente rica en este tipo de microorganismos.

Su vía más factible de ataque es a través de la inhalación y dentro de éstos existe una familia que provoca una alteración inflamatoria, muy similar a la gripe.

En esta parentela de microbios también abundan los parásitos, de los cuales, el más común es la amiba, que aunque se propaga sin la presencia del polvo, su acción transportadora se intensifica con las tormentas de tierra.

“Es muy común que en esta temporada se expandan las parasitosis, sobre todo la amibiasis intestinal, que no se contagia por vía inhalada como el hongo, sino más bien, se deposita en los alimentos, y la adquirimos por medio de éstos”.

Los síntomas característicos de este cuadro serían: diarrea combinada con estreñimiento, cólico, un poco de distensión (sensación de sentirse incómodamente lleno); suficientes para solicitar una prueba de excremento y localizar las amibas.

En el tratamiento de estas enfermedades surge una vertiente importante, y es el hecho de que actualmente la venta libre de antibióticos, a nivel de farmacias, se encuentra completamente restringida.

En términos de los procesos inflamatorios, infecciones, y alergias: conjuntivitis, sinusitis, otitis, incluso, asma, anteriormente permitían que el paciente se autoadministrara cualquier medicamento antiinflamatorio, y además de esto, la suma de un antibiótico, recetado generalmente por el farmacéutico; hoy la perspectiva es diferente.

Anticipándose

Prevenir es una circunstancia difícilmente aplicable a los padecimientos que se relacionan con los fenómenos alérgicos, los terregales son sucesos que aparecen con tal rapidez que es complicado proteger al paciente, a través del aislamiento; en cuestión de segundos cualquier persona se puede encontrar en medio de una tolvanera.

Según el experto, las personas alérgicas o con asma, tienen una característica muy peculiar, y es que ellos mismos tienen la capacidad de pronosticar una tormenta de tierra, e incluso, un cambio de clima, sin embargo, desde el punto de vista práctico, esta sensibilidad olfativa no es suficiente para impedir sus efectos.

En lo que se refiere a los hongos y parásitos, ambos son completamente prevenibles; las medidas inician con la implementación de hábitos de higiene en la preparación y el consumo de los alimentos, y termina con dosis semestrales antiparasitarias, aunque no se cuente con el diagnóstico de la amibiasis; el tratamiento no tiene consecuencias colaterales.

Algunos obstáculos

En general, este tipo de enfermedades no producen complicaciones graves; el problema se presenta en pacientes que tienen un padecimiento previo serio (diabetes desde hace 40 años, embolia, infartos, etc.), y con una edad ya muy avanzada.

“Una persona diabética puede perder control del azúcar, a causa de un fenómeno alérgico, es decir, se descontrola la enfermedad previa”.

Los fumadores crónicos o enfisematosos, otro caso particular, generalmente tratan de llevar una vida normal, pero cuando se encuentran inmersos en una tolvanera recaen, presentando cuadros alérgicos, infecciosos, e inflamatorios, que pueden llevar a una descompensación y desorden del padecimiento.

Ante cualquier síntoma la mejor receta es acudir con el médico, la automedicación y el tratamiento con antibióticos sin la supervisión de un especialista no es recomendable; es posible generar cierta resistencia que empañe una buena evolución.

Hace aproximadamente una década, según el doctor Hernández, se pensaba que no representaba ningún problema el uso de este tipo de medicamentos, pero recientemente la producción de antibióticos nuevos ha sufrido una parálisis, desde la perspectiva técnica y científica, limitando sus efectos.

“Se tenía la impresión de que la fabricación de nuevos antibióticos era tan buena, que parecía que nunca iba a terminar; si había resistencia a uno, se creía que en dos o tres años aparecería otro que acabara con esa bacteria, parásito, u hongo”.

Si los pacientes se tratan las alergias con esta clase de medicamentos, cuando realmente lo necesiten, es posible que muestren resistencia, incluso, en un período de seis meses.

Durante esta temporada, la sala de urgencias es el lugar más visitado por niños y adultos, a diario, se atienden en promedio 35 pacientes por cada turno.

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