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Lo que hace el presidente

ADELA CELORIO

Uno de mis niños, que era muy niño, pero no era tonto, para distraerme cuando yo lo regañaba, señalaba con su dedito: ¡mira má! una mosca. Así intento yo distraer a los lectores con cualquier mosca que sirva para soslayar el tema que en este momento hiere y vulnera severamente la vida de todos los mexicanos. Hasta donde yo recuerdo, la droga y el narcotráfico no eran "cosa nostra", se trataba de un problema que no afectaba mayormente a la sociedad.

Lamentablemente, debido a la indigencia moral del sistema político que soportamos varios decenios, que antes que resolverlo prefirió ignorarlo o asociarse, el problema creció hasta convertirse en la fuerza maligna e irrefrenable que hoy padecemos. Pero ese es un tema que no voy a tocar porque como de tantos otros, lo ignoro todo.

Yo lo que quiero es responderle a la señora Dávila que según releo -ahora también en el diario español "El País"- encaró al presidente con eso de que "No me diga que sí ¡haga algo!" Decir que entiendo el dolor de la señora Dávila por la mala muerte de sus dos hijos, sería una mentira. El dolor de una madre despojada rebasa hasta la más amplia capacidad de comprensión.

Entiendo el enojo de la señora Dávila, ése sí, aunque no lo comparto porque estoy consciente de que ha sido precisamente Felipe Calderón (después de muchos presidentes de México que no se atrevieron a enfrentarlo) quien tuvo la valentía de declarar la guerra al narcotráfico y sostenerla hasta hoy, a pesar de tantos mexicanos que ante la fuerza y brutalidad con que han respondido los narcos, ya nos andamos rajando.

Si esta malhadada guerra es la solución, o no, lo ignoro. Lo cierto es que tampoco estamos cooperando quienes en lugar de apoyar a nuestro presidente lo boicoteamos, y mucho menos quienes cometen crimen de lesa patria al fortalecer con su consumo, al enemigo contra el que estamos peleando esta crudelísima guerra que ni siquiera nuestros vecinos del norte, ricototes ellos, se atrevieron a enfrentar, a pesar de que su problema de narcotráfico es mucho más severo que el nuestro.

Yo lo que quiero es mencionarle a la señora Dávila algunas de las cosas que Felipe Calderón ¡sí hace! como por ejemplo: sortear la difícil situación política que heredó, agravada además por la crisis económica que nos vino del norte. Lidiar con el gansterismo de líderes sindicales amulados, con la mezquindad de los partidos políticos y la falta de visión de futuro de los legisladores que en vez de trabajar cuando menos por la mitad de lo que se llevan, tienen atorado al país con su no: a la reforma energética, a la reforma política, a la reforma educativa y a cualquier cosa que el presidente proponga; para después señalar y acusar la lentitud y la dificultad con que vamos consiguiendo los cambios que permitirán al país levantar la cabeza y mirar hacia el futuro con esperanza.

Otra de las cosas que hace nuestro presidente es mantener con firmeza el timón del país, mientras la gentuza política, como jauría de perros callejeros ha comenzado ya a arrebatarse los huesos de 2012.

Imagínese Señora Dávila que con esos bueyes tiene que arar Felipe Calderón, y aún así, encuentra el tiempo y el espacio para dar la cara en Ciudad Juárez donde la descomposición social es mayúscula; pero aún puede empeorar si antes de que el ejército abandone la plaza, no hay propuestas viables para controlar la situación.

Adelace2@prodigy.net.mx

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