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'Lo que vivimos fue un infierno'

A un año de haber sido detenido en Morelos, Lupe Tijerina, líder de Los Cadetes de Linares aún le duele lo vivido

Buenos amigos. Lupe Tijerina, líder de Los Cadetes de Linares y Ramón Ayala, de los Bravos del Norte, convivieron hace unos días en la posada que este último hizo en Texas.

Buenos amigos. Lupe Tijerina, líder de Los Cadetes de Linares y Ramón Ayala, de los Bravos del Norte, convivieron hace unos días en la posada que este último hizo en Texas.

AGENCIA REFORMA

MÉXICO, DF. - Para Lupe Tijerina, líder de Los Cadetes de Linares, simplemente fue un infierno.

El músico de éxitos como No Hay Novedad y Las Tres Tumbas, no encuentra mejor palabra para describir lo que vivió hace un año cuando fue detenido junto con compañeros Ramón Ayala y los Bravos del Norte y el grupo Torrente, por amenizar una "narcoposada" organizada por los Beltrán Leyva en Tepoztlán, Morelos, lo cual aseguran que desconocían.

 VE DE CERCA LA MUERTE

Fue el 11 de diciembre del 2009 cuando el músico sintió la muerte de cerca. Acababa de terminar su actuación y el siguiente en subir al escenario era Ramón Ayala, cuando de pronto el festejo privado fue interrumpido por elementos de la Marina, quienes se enfrentaron a tiros con los sicarios.

Esa sangrienta escena, donde las granadas hacían desquebrajar el techo de la casa y el estruendo de las balas retumbaba en su cabeza, don Lupe no la ha podido borrarla de su mente, ni siquiera con la ayuda de un psicólogo.

"Acabábamos de terminar de tocar, iba a seguir Ramón cuando sucedió todo... llegaron atacando (los elementos de la Marina), se agarraron ahí todos contra todos; nosotros nos tiramos al piso, no sabíamos qué estaba pasando", dijo el acordeonista.

Durante la confusión y aunque todo fue muy rápido, el miedo se apoderó de los músicos.

"Sentí pánico, la tierra caía sobre nosotros, eran los techos de la casa que se desprendían a pedazos por las granadas; la verdad, creímos que no íbamos a salir vivos de ahí".

Sin embargo, a pesar de que estuvieron en medio del fuego cruzado, ninguno de Los Cadetes de Linares, Los Bravos del Norte, ni de Torrente salieron lastimados.

Todos ellos, inicialmente, fueron detenidos por la Procuraduría General de la República (PGR) en calidad de testigos, pero al cabo de unos días su situación cambió a indiciados por presuntos nexos con el crimen organizado.

 MOMENTO PARA OLVIDAR

Ya se cumplió un año desde aquél terrible episodio y el líder de Los Cadetes de Linares no lo ha podido superar, aunque su mejor terapia ha sido la música.

"Todavía no lo olvido, mis compañeros y yo quedamos traumados. Ahora nos hablamos, platicamos que se nos va el sueño, de repente despierto en la madrugada por pesadillas, es difícil, pero hay que superarlo, ya como quiera me atendieron psicológicamente, ya estoy más tranquilo".

Cuestionado qué fue lo más difícil, si estar en medio de una balacera o los tres meses que permaneció arraigado en la Ciudad de México.

"Las dos cosas", respondió el músico, "la balacera fue un segundo, mirar ahí tantos muertos, 11 muertos, a quienes acabábamos de ver vivos, bailando y disfrutando".

Durante el arraigo, añade, el trato que recibieron él y sus compañeros fue como si fueran delincuentes.

Por más que insistieron en su inocencia y solicitaron a las autoridades investigar, pasaron tres meses para que don Lupe obtuviera su libertad.

"Nos hicieron sentir como delincuentes, siendo nosotros inocentes. A nosotros nos mandan a trabajar, no sabemos ni podemos informarnos a qué se dedican nuestros clientes, nosotros nos dedicamos a tocar y es lo que sabemos hacer", aclaró.

Mientras estuvo arraigado sufrió de hipertensión, por lo que fue trasladado al hospital de la SIEDO. Ahí estuvo 11 días.

"Yo estoy acostumbrado a vivir al nivel del mar, siempre que estoy en México me sucede que me sube la presión y con eso (arraigo) se complicó aún más y llegué hasta el hospital", señaló el músico, quien radica en McAllen, Texas.

Finalmente, en marzo del 2010, recuperó su libertad y con ello una disculpa por parte de las autoridades.

"Las investigaciones llegaron a su punto final y ya nos dijeron: discúlpeme. No quisimos ni escuchar, ni darles las gracias, porque no era una cosa bonita lo que hicieron, nunca nos quisieron creer. La verdad, nosotros se los decíamos desde que llegamos: 'oye, investiguen pronto', y no, se pasó, llegó la Navidad, llegaron las vacaciones de ellos y ahí nos vemos hasta el año que entra".

Aunque sólo los músicos fueron privados de su libertad, su familia se sintió en la misma situación, dice, porque nunca se separaron de su lado.

Más unidos que nunca

Ramón Ayala y Lupe Tijerina siempre habían llevado una buena relación, pero a partir del año pasado, cuando juntos vivieron ese "infierno" de balas y privación de su libertad, han estrechado más su amistad.

"Nos procuramos, siempre estamos cerquita, nos hablamos, pero ahora nos vemos más seguido, ellos vuelven de sus giras, nosotros también, ya sea en casa de uno o del otro nos juntamos y hacemos reuniones con la familia y nos miramos más seguido que antes", dijo Lupe.

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Escrito en: Ramón Ayala Lupe Tijerina

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